11/03/2025
En el corazón histórico de Humahuaca, provincia de Jujuy, se alza un edificio emblemático con una historia profundamente ligada a la educación y la identidad cultural argentina: la Escuela de Maestros Normales Regionales “República de Bolivia”. Esta institución, cuyo nombre original aún resuena en el frente de su sede, no fue una escuela normal más; ostentó, en su momento, el notable y distintivo carácter de ser la única en todo el país dedicada a la formación de docentes con una perspectiva genuinamente “regional”.

Esta concepción educativa innovadora implicaba capacitar a futuros maestros para abordar el plan de estudios general con una inclusión consciente y profunda de la cosmovisión cultural local. En un país vasto y diverso como Argentina, donde las realidades regionales varían enormemente, esta aproximación no solo era relevante, sino esencial para una educación arraigada y pertinente. Los maestros formados aquí estaban preparados para entender y valorar las particularidades de su entorno, integrándolas al proceso de enseñanza-aprendizaje, asegurando así que la educación no fuera un modelo uniforme impuesto, sino un diálogo enriquecedor con la identidad del lugar y su gente.
La génesis de esta institución se remonta al 7 de abril de 1921, un período significativo en la historia argentina bajo la presidencia de Hipólito Yrigoyen. Aunque la escuela fue creada administrativamente en esa fecha, la materialización física de su sede, el imponente edificio que hoy conocemos, llegaría años después. La construcción del actual inmueble se llevó a cabo durante la presidencia de Agustín P. Justo, marcando una etapa posterior en la consolidación de la escuela.
La concreción de este proyecto edilicio contó con la activa participación de figuras clave. Entre ellas destaca el diputado tucumano Ernesto Padilla, quien se ganó el afecto popular y el reconocimiento como “Protector de Humahuaca”. Su influencia y gestión fueron fundamentales no solo para la escuela, sino también para otros hitos arquitectónicos y urbanísticos de la ciudad, como la materialización del Monumento a la Independencia y el edificio del Municipio humahuaqueño. La labor de Padilla subraya la importancia que se le otorgó a Humahuaca y a sus instituciones en aquel tiempo.
El diseño arquitectónico de la Escuela Normal, concebido en 1937, fue obra del arquitecto Rafael Orlandi. Curiosamente, Orlandi fue también el autor del proyecto para el edificio de la Municipalidad de Humahuaca, construido entre 1931 y 1935. Ambos proyectos emanaron de la Dirección General de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas de la Nación, lo que habla de una planificación centralizada y una visión para el desarrollo urbano y educativo de ciudades importantes como Humahuaca. La elección de Orlandi para ambos edificios principales del centro histórico sugiere una coherencia estilística y urbanística buscada para la ciudad.
El edificio de la Escuela Normal es, en sí mismo, una pieza arquitectónica notable. Emplazado estratégicamente en el centro histórico de Humahuaca, su diseño propuesto por Orlandi establece un “sabio diálogo” entre los pabellones destinados a las aulas y los patios interiores. Esta organización espacial, característica de la arquitectura institucional de la época, prioriza la funcionalidad pedagógica al tiempo que crea ambientes luminosos y ventilados. El patio mayor, alineado con el eje del acceso principal, constituye el corazón del conjunto. Está rodeado por galerías que se distinguen por sus grandes arcos de medio punto y sus carpinterías metálicas vidriadas, elementos que aportan ritmo y transparencia al espacio central. La presencia de una añosa arboleda en este patio no solo embellece el lugar, sino que también acrecienta su encanto, proporcionando sombra y un ambiente propicio para la recreación y el encuentro de la comunidad educativa a lo largo de las décadas.
La fachada principal, que se extiende sobre la calle Corrientes, es una manifestación elocuente del estilo arquitectónico adoptado. Su núcleo se concentra en el cuerpo central de dos plantas que alberga el ingreso principal, flanqueado simétricamente por sendas alas de un solo nivel. En esta extensa superficie se despliega el vocabulario de la corriente neocolonial californiana, un estilo que tuvo gran predicamento en Argentina durante esas décadas, adaptado con rasgos locales que le otorgan identidad propia. Se observa la aplicación de cantería rústica en el basamento y en el enmarque de la entrada, dotando a la base del edificio de una sensación de solidez y conexión con el entorno serrano. La mampostería encalada, combinada con detalles irregulares de piedra, añade textura y un aire artesanal a las superficies. Las aberturas presentan arcos rebajados y de medio punto, elementos clásicos que se integran armónicamente al conjunto. La herrería, presente en balcones y detalles decorativos, aporta un toque artístico y de refinamiento. Y, omnipresente en la cubierta, el techado de tejas españolas remata el conjunto, evocando la tradición hispánica y confiriendo al edificio un aspecto cálido y familiar.
En síntesis, la arquitectura de la Escuela Normal “República de Bolivia” representa una interesante amalgama. Se basa en la matriz proyectual propia de la tradición beaux arts, un enfoque clásico y monumental común en edificios institucionales, pero adaptándose al “aire de la época” mediante un compromiso estilístico entre el nacionalismo, que buscaba raíces en la arquitectura colonial, y la modernidad, visible en el uso de nuevos materiales y la racionalidad funcional. Este edificio no es solo un contenedor de aulas, sino un símbolo de una etapa en la historia educativa y arquitectónica argentina, un testimonio de la importancia de la educación y la cultura en la construcción de la identidad nacional, con una mirada particular hacia las riquezas regionales.
La ubicación de la escuela en Humahuaca, un sitio declarado Patrimonio de la Humanidad, añade otra capa de significado. Humahuaca, en el corazón de la Quebrada, es un crisol de culturas y tradiciones. La dirección exacta de la escuela es Corrientes 606, entre las calles La Rioja y Entre Ríos, situándola en un punto accesible y central de la ciudad. Esta localización geográfica en la región del NOA (Noroeste Argentino) no es casual, sino fundamental para su propósito original de formar docentes con un enfoque regional. La escuela, además, cuenta con la declaratoria de Ley 27.536, lo que probablemente le otorga un estatus de protección o reconocimiento especial a nivel nacional, resaltando su valor histórico y cultural.
El legado de la Escuela Normal “República de Bolivia” perdura a través de las generaciones de maestros que formó y que llevaron la educación con una perspectiva sensible a las realidades locales a diversas comunidades. Su enfoque pionero en la formación regional fue un adelanto para su tiempo, reconociendo la necesidad de adaptar la enseñanza a los contextos específicos y de valorar la rica diversidad cultural del país. El edificio, testigo silencioso de esta historia, sigue siendo un hito arquitectónico y un centro educativo vital para Humahuaca y sus alrededores, un recordatorio constante de la importancia de conectar la educación con la identidad y el entorno.
Este enfoque educativo, centrado en la relevancia cultural y regional, es hoy más pertinente que nunca en un mundo globalizado. La capacidad de los docentes de integrar el conocimiento universal con las particularidades locales enriquece la experiencia de aprendizaje de los estudiantes y fortalece su sentido de pertenencia. La Escuela Normal “República de Bolivia” fue una precursora en este sentido, sentando un precedente valioso para la educación argentina.
La historia de la escuela es también la historia de la visión de educadores, arquitectos y políticos que entendieron la importancia de dotar a la región de una institución de excelencia. La elección del nombre “República de Bolivia”, aunque la escuela se encuentra en Argentina, podría interpretarse como un gesto de hermandad entre naciones vecinas con profundos lazos culturales e históricos, o simplemente un nombre asignado en un contexto histórico particular que hoy evoca esa conexión regional más amplia del noroeste argentino con el altiplano.

El mantenimiento y la preservación de edificios históricos como el de la Escuela Normal son cruciales para salvaguardar la memoria institucional y arquitectónica. La Ley 27.536, al declarar o reconocer la escuela, contribuye a asegurar que su valor sea reconocido y que se promueva su conservación para las futuras generaciones. Es un patrimonio vivo que sigue cumpliendo su función educativa principal al tiempo que narra una parte importante de la historia local y nacional.
La vida cotidiana dentro de sus muros, los patios que han visto pasar a innumerables estudiantes y maestros, las aulas donde se impartió conocimiento con un enfoque regional, todo ello conforma la esencia de esta institución. La interacción entre la robustez de su arquitectura y la vitalidad de la comunidad educativa le confiere un carácter único. El diseño de Orlandi, con sus patios interiores, no solo respondía a criterios estéticos o funcionales, sino que creaba espacios de convivencia, de recreación y de aprendizaje informal, esenciales para la vida escolar. Las galerías con arcos de medio punto, bañadas por la luz del sol jujeño, se convierten en lugares de encuentro y de paso, conectando los distintos espacios educativos y sociales de la escuela.
La elección del estilo neocolonial californiano, con sus adaptaciones locales, reflejaba una búsqueda de identidad arquitectónica que se apartaba de los modelos europeos más rígidos, buscando una conexión con las tradiciones constructivas de la región y del continente. La combinación de materiales como la piedra rústica, la mampostería encalada y las tejas españolas, junto con los elementos decorativos de herrería, crea una estética coherente y arraigada en el paisaje cultural y geográfico de Humahuaca.
La historia de la Escuela Normal “República de Bolivia” es, en definitiva, una historia de visión, de compromiso con la educación regional y de una arquitectura que acompaña y potencia su propósito. Es un ejemplo de cómo las instituciones educativas pueden ser faros de conocimiento y cultura, adaptándose a las necesidades y particularidades de su entorno, y contribuyendo significativamente al desarrollo de sus comunidades.
Preguntas Frecuentes:
¿Cuándo se fundó la Escuela Normal “República de Bolivia”?
La escuela fue creada el 7 de abril de 1921, durante el gobierno del presidente Hipólito Yrigoyen. Sin embargo, el edificio actual fue construido posteriormente, bajo la presidencia de Agustín P. Justo.
¿Dónde se encuentra ubicada esta escuela?
La Escuela de Maestros Normales Regionales “República de Bolivia” está ubicada en la ciudad de Humahuaca, provincia de Jujuy, en Argentina (Región NOA). Su dirección es Corrientes 606, entre las calles La Rioja y Entre Ríos.
¿Cuál era el propósito principal de la escuela?
Su propósito distintivo era formar docentes “regionales”, especialmente capacitados para integrar la cosmovisión cultural local en el plan de estudios general. Fue la única escuela del país con esta orientación en su tiempo.
¿Quién diseñó el edificio actual de la escuela?
El proyecto arquitectónico del edificio, construido en 1937, pertenece al arquitecto Rafael Orlandi, de la Dirección General de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas de la Nación.
¿Qué estilo arquitectónico presenta el edificio?
El edificio combina la matriz proyectual beaux arts con el vocabulario de la corriente neocolonial californiana, incorporando rasgos locales como cantería rústica, mampostería encalada con detalles de piedra, arcos y tejas españolas.
¿El edificio tiene alguna declaratoria especial?
Sí, el edificio cuenta con la declaratoria de Ley 27.536, lo que subraya su importancia y posible protección o reconocimiento.
¿La escuela se encuentra en Bolivia?
No, a pesar de llevar el nombre “República de Bolivia”, la escuela está ubicada en Humahuaca, Jujuy, Argentina.
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