05/12/2024
En los últimos dos años escolares, los administradores y profesionales de seguridad escolar han observado un notable incremento en las peleas entre estudiantes, especialmente en los niveles de secundaria y preparatoria. Algunas de estas confrontaciones son excepcionalmente grandes en número de participantes, altamente agresivas y, en ocasiones, involucran a personas ajenas a la institución. Esta situación plantea desafíos significativos para mantener un ambiente de aprendizaje seguro y propicio.
Abordar este problema requiere un enfoque multifacético que combine la prevención proactiva con una respuesta efectiva y bien planificada. No existe una solución única, ya que cada escuela posee contextos y necesidades particulares que deben ser evaluados individualmente. Sin embargo, existen principios generales y estrategias que pueden servir como punto de partida para estimular el pensamiento estratégico crítico y fomentar conversaciones internas constructivas entre líderes escolares, maestros, personal de apoyo y oficiales de seguridad.

- El Aumento Preocupante y sus Características
- La Prevención como Pilar Fundamental: Un Enfoque Integral
- Respondiendo Cuando la Pelea Ya Comenzó
- Pasos Cruciales Después de la Pelea
-
Preguntas Frecuentes
- ¿Pueden los maestros intervenir físicamente en una pelea estudiantil?
- ¿Qué debo hacer si soy el único miembro del personal presente cuando comienza una pelea?
- ¿Por qué es tan importante dispersar a la multitud que observa una pelea?
- ¿Qué tipo de entrenamiento debería recibir el personal escolar para manejar peleas?
- ¿Cómo puedo identificar los "puntos calientes" en mi escuela?
- Consideraciones Adicionales
El Aumento Preocupante y sus Características
La observación de un incremento tanto en la frecuencia como en la intensidad de las peleas estudiantiles no es una casualidad. Profesionales dedicados a la seguridad en entornos educativos reportan que las peleas ahora no solo son más comunes, sino que también tienden a ser más numerosas en cuanto a participantes directos e indirectos (la multitud que observa). La agresividad manifestada es a menudo elevada, y un factor preocupante es la ocasional participación de individuos que no son estudiantes de la escuela, lo que añade una capa de complejidad y riesgo.
Este fenómeno disruptivo no solo pone en peligro la integridad física de los estudiantes y el personal, sino que también deteriora el clima escolar general, generando miedo e inseguridad. Comprender la naturaleza cambiante de estas confrontaciones es el primer paso para desarrollar estrategias de mitigación efectivas.
La Prevención como Pilar Fundamental: Un Enfoque Integral
Detener una pelea es crucial, pero prevenir que ocurran es, sin duda, la estrategia más eficaz a largo plazo. Esto exige un enfoque que involucre a toda la comunidad escolar, lo que llamamos un enfoque de participación total o “all in”. No basta con que solo el personal de seguridad o los administradores estén capacitados y conscientes; cada miembro del personal, desde los maestros y consejeros hasta el personal de mantenimiento y el personal de cafetería, debe estar informado y preparado.
¿Por qué incluir a todo el personal? Porque a menudo son estas personas las primeras en interactuar con los estudiantes a lo largo del día, desde la llegada por la mañana hasta la salida por la tarde. Están en posiciones únicas para observar cambios en el comportamiento, identificar tensiones incipientes o detectar señales de conflicto potencial antes de que escalen a una confrontación física. Por lo tanto, es fundamental que todo el personal reciba formación en conciencia situacional y sepa qué buscar: grupos inusuales, discusiones acaloradas, lenguaje corporal tenso, etc.
Involucrando a los Estudiantes en la Solución
Los estudiantes son los principales actores en el entorno escolar y, a menudo, tienen una visión clara de las dinámicas sociales que pueden llevar a conflictos. Ignorar su perspectiva sería un error. Es vital involucrarlos en la identificación de las fuentes de conflicto que derivan en peleas. ¿Qué ven ellos como las causas principales? ¿Son problemas de relación, rumores, acoso, diferencias culturales, presiones externas? Sus respuestas pueden ofrecer información valiosa para abordar las raíces del problema.
Además, se les debe preguntar qué estrategias creen que pueden funcionar para la desescalada de conflictos. ¿Cómo piensan que el personal escolar puede apoyar mejor estos esfuerzos de prevención? Fomentar un diálogo abierto con los estudiantes no solo proporciona información útil, sino que también los empodera, haciéndolos parte de la solución y promoviendo un sentido de responsabilidad compartida por la seguridad escolar.
Conociendo las Políticas Institucionales
Un aspecto crítico de la preparación es que todo el personal conozca a fondo las políticas y procedimientos de la junta escolar y la administración respecto a la intervención física en peleas. Algunas políticas explícitamente no permiten que el personal intervenga físicamente debido a preocupaciones por lesiones o responsabilidad legal. Si la política prohíbe la intervención física, el personal debe saber exactamente qué pasos se deben seguir en su lugar. ¿Se debe llamar a la policía? ¿Quién es el responsable de hacer esa llamada? ¿Hay otros procedimientos específicos a seguir?
Es innegable que la seguridad del personal es primordial. Saber si se está autorizado o no a intervenir físicamente, y bajo qué circunstancias, es esencial para que el personal pueda actuar de manera decisiva y segura, sin ponerse en riesgo innecesario ni violar las normativas de la escuela. La formación debe incluir escenarios prácticos basados en estas políticas.
Identificando y Monitoreando "Puntos Calientes"
Las peleas no suelen ocurrir al azar. Hay momentos y lugares dentro de la escuela donde es más probable que surjan conflictos. Estos son los llamados "puntos calientes". Identificar estas áreas (pasillos concurridos, cafetería, patios, baños, áreas de entrada/salida) y momentos (antes de la escuela, durante los períodos de cambio de clase, en el desayuno y el almuerzo, después de la escuela) es fundamental para la prevención focalizada.
El personal debe ser asignado estratégicamente para estar presente y visible en estos puntos y momentos de alto riesgo. Los líderes de seguridad escolar deben asegurarse de que estas asignaciones de deberes estén documentadas por escrito y, crucialmente, verificar que el personal esté en su lugar y a tiempo. La simple presencia visible del personal puede ser un fuerte disuasorio. Durante los períodos de cambio de clase, por ejemplo, el personal debe estar en los pasillos, observando y preparado para intervenir verbalmente ante cualquier indicio de tensión o reunión inusual, una práctica que algunos describen como “patrullar el terreno” o “arrear el rebaño”.
Respondiendo Cuando la Pelea Ya Comenzó
A pesar de los mejores esfuerzos de prevención, las peleas pueden ocurrir. Cuando sucede, la respuesta inicial del personal presente es crítica. Hay pasos clave a seguir para intentar detener la confrontación de la manera más segura posible.
Dispersar la Multitud
¿Alguna vez ha visto una pelea escolar sin una multitud alrededor? Es raro. La multitud no solo observa; a menudo, exacerba la situación, anima a los combatientes y puede incluso unirse. Sin la multitud presente, es mucho más fácil intentar separar a los involucrados. Por lo tanto, una de las primeras acciones, si es posible, es ordenar a los espectadores que se dispersen. Esto aísla a los combatientes y reduce la energía que alimenta el conflicto.
Intervención Verbal Inicial
Una vez que una pelea ha comenzado, el primer paso directo para el personal es intervenir verbalmente. Los comandos verbales deben ser simples, claros y directos. Gritar frases complejas o amenazas es inútil en medio de la adrenalina. Comandos como "¡Alto!", "¡Paren!", o "¡Sepárense!" son más efectivos. Si se conoce el nombre de alguno de los combatientes, usarlo puede ayudar a captar su atención personal: "¡Juan, alto!", "¡María, paren!".
Colegas experimentados en seguridad escolar enfatizan la importancia de que el personal se identifique ante los estudiantes involucrados, directa o indirectamente. Es crucial que los estudiantes sepan quién les está dando las órdenes. Esto no solo añade una capa de autoridad, sino que también es útil para la documentación posterior, permitiendo al personal afirmar que se identificaron claramente antes de dar comandos o, si fue necesario y permitido por la política, intervenir físicamente.
La Regla de Oro: Nunca Se Interponga Entre los Combatientes
Este es uno de los errores más comunes que comete el personal y una de las principales causas de lesiones. Nunca se interponga directamente entre los estudiantes que están peleando. No es un árbitro de boxeo. Los combatientes en medio de una pelea a menudo no son plenamente conscientes de su entorno y pueden golpear o empujar a cualquiera que se interponga sin querer.
Su seguridad es primordial. Manténgase a una distancia segura mientras da comandos verbales y espera refuerzos. Repita sus comandos verbales con frecuencia. A menudo, el estudiante que está llevando la peor parte de la pelea está buscando desesperadamente que alguien intervenga verbalmente.
Esperar Refuerzos Antes de la Intervención Física
Solo si la política de la escuela lo permite y usted está capacitado para ello, considere la intervención física. Este paso debe tomarse idealmente una vez que hayan llegado otros miembros del personal para ayudar. Intentar separar a combatientes agresivos solo puede aumentar significativamente el riesgo de lesiones para el personal involucrado.
Con otro miembro del personal presente, pueden coordinar esfuerzos para separar a los estudiantes de manera más segura, quizás agarrando a cada combatiente simultáneamente o utilizando técnicas de contención adecuadas si están entrenados en ellas. La presencia de múltiples miembros del personal también puede ayudar a controlar la multitud restante o a cualquier otro estudiante que intente unirse a la pelea.
Pasos Cruciales Después de la Pelea
Una vez que la pelea ha terminado y los estudiantes han sido separados, el trabajo no ha concluido. Hay pasos esenciales a seguir para garantizar la seguridad continua y abordar las consecuencias.
- Verificar Lesiones: Inmediatamente después de separar a los estudiantes, verifique si alguno ha sufrido lesiones. Obtenga primeros auxilios o atención médica profesional si es necesario para cualquiera de los involucrados, sin importar cuán leves parezcan las lesiones iniciales.
- Dispersar a los Seguidores: Asegúrese de que cualquier estudiante que haya estado observando o que intente seguir a los combatientes hacia la oficina o donde sean llevados sea dispersado. Esto previene la posibilidad de que el conflicto se reanude o continúe en otro lugar.
- Mantener a los Combatientes Separados: Es vital mantener a los estudiantes involucrados en la pelea separados y fuera de la vista el uno del otro tanto como sea posible en el período inmediatamente posterior. Esto reduce la tensión y evita nuevas confrontaciones mientras se procesa la situación.
- Recopilar Declaraciones e Implementar Disciplina: Recopile declaraciones escritas o grabadas de todos los participantes en la pelea, así como de cualquier testigo clave. Sea lo más objetivo posible al documentar los hechos. Posteriormente, administre la disciplina y los siguientes pasos según las políticas y procedimientos establecidos por la escuela. Esto puede incluir notificaciones a los padres, suspensiones, consejería o mediación, dependiendo de la gravedad y las políticas institucionales.
Preguntas Frecuentes
¿Pueden los maestros intervenir físicamente en una pelea estudiantil?
La capacidad del personal para intervenir físicamente depende completamente de las políticas específicas de la junta escolar y la administración de cada institución. Es fundamental que todo el personal conozca y comprenda estas políticas. Algunas escuelas prohíben explícitamente la intervención física, mientras que otras la permiten bajo ciertas circunstancias y solo para personal capacitado. Si la política no permite la intervención física, el personal debe seguir los protocolos alternativos, como la intervención verbal, solicitar refuerzos y llamar a las autoridades si es necesario.
¿Qué debo hacer si soy el único miembro del personal presente cuando comienza una pelea?
Si se encuentra solo, su prioridad inmediata es su propia seguridad y la de otros estudiantes que no están involucrados. No se interponga entre los combatientes. Concéntrese en dispersar la multitud (si la hay) con comandos claros y fuertes. Utilice intervención verbal directa hacia los combatientes ("¡Alto! ¡Paren!"). Inmediatamente, use su radio o teléfono para pedir refuerzos y notificar a la administración o al personal de seguridad. Mantenga la distancia mientras continúa dando comandos verbales hasta que llegue ayuda.
¿Por qué es tan importante dispersar a la multitud que observa una pelea?
La multitud a menudo actúa como combustible para la pelea. Los espectadores pueden animar a los combatientes, aumentar la tensión, dificultar el acceso del personal para intervenir y, en algunos casos, pueden unirse a la confrontación. Dispersar a la multitud reduce la energía de la pelea, aísla a los combatientes y facilita la intervención del personal.
¿Qué tipo de entrenamiento debería recibir el personal escolar para manejar peleas?
El entrenamiento debe ser integral e incluir a todo el personal, no solo a los maestros o personal de seguridad. Debería cubrir: conciencia situacional (qué buscar), identificación de señales de conflicto, técnicas básicas de desescalada verbal, protocolos de respuesta específicos de la escuela (incluyendo quién llama a quién y qué hacer si la intervención física no está permitida), comunicación efectiva durante una emergencia (uso de radios, etc.) y procedimientos post-incidente (verificación de lesiones, recolección de información).
¿Cómo puedo identificar los "puntos calientes" en mi escuela?
Los puntos calientes suelen ser áreas donde se congregan grandes grupos de estudiantes con poca supervisión directa o donde hay transiciones frecuentes. Esto incluye pasillos durante los cambios de clase, la cafetería durante el almuerzo, baños, áreas de entrada/salida antes y después de la escuela, y patios o áreas comunes. Analizar los informes de incidentes pasados puede ayudar a confirmar estas áreas y momentos de mayor riesgo.
Consideraciones Adicionales
Estas observaciones y estrategias se centran principalmente en las peleas que ocurren dentro de las instalaciones escolares. Las peleas que tienen lugar en los autobuses escolares presentan un conjunto diferente de desafíos y requieren protocolos específicos.
Es fundamental recordar que cada escuela es única. Las estrategias presentadas aquí deben ser consideradas como un punto de partida para el pensamiento crítico y la conversación interna. La implementación exitosa requiere que los líderes escolares, los maestros, el personal de apoyo y los equipos de seguridad trabajen juntos para adaptar estas ideas a su contexto específico, asegurando que todos estén capacitados, informados y listos para actuar de manera coordinada para mantener la seguridad de la comunidad escolar.
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