¿Qué es la escuela de la patria?

La Escuela de la Patria: Ideal Artiguista

08/04/2025

La historia de la educación en la Banda Oriental, y particularmente la figura de José Artigas, nos presenta un concepto fascinante y a menudo malinterpretado: la denominada Escuela de la Patria. Lejos de constituir un sistema educativo formal y estructurado con profundas bases pedagógicas, este concepto se erige como un ambicioso ideal, un intento significativo en un momento crucial de la historia de la nación. Comprender la Escuela de la Patria implica ir más allá de los eventos puntuales y adentrarse en el espíritu de la revolución artiguista, en su profunda aspiración por formar una sociedad consciente y partícipe de su propio destino.

https://www.youtube.com/watch?v=UCWFe695Qu7MeIhx1C5GRQvQ

Según la perspectiva del Profesor Víctor Quiroga, publicada en la “Revista del INSTITUTO” de Durazno, la Escuela de la Patria, si se considera únicamente como una realización concreta y efímera, podría parecer un mero episodio, un acontecimiento aislado. Su corta duración (apenas dos años, de 1815 a 1817), la ausencia de una fundamentación pedagógica explícita y la falta de continuidad le impiden ser calificada como un verdadero sistema educativo o un método innovador en el sentido moderno. No se basó en ideas pedagógicas o científicas al proponerla y practicarla, sino que fue, ante todo, una ambición nacida del pensamiento artiguista, impulsada por un ideal en un momento histórico determinado.

¿Qué son los héroes de la patria?
Según la Ley de Reconocimiento a los Héroes y Heroínas Nacionales, se considera héroes y heroínas a aquellos ciudadanos y ciudadanas que hayan realizado actos únicos, verificables, de valor, solidaridad y entrega, más allá del comportamiento normal esperado y del estricto cumplimiento del deber, aún a riesgo de su ...

Considerada bajo esta luz estricta, la Escuela de la Patria podría reducirse a una anécdota en la historia nacional y de la escuela uruguaya. Sería la concreción de un ideal artiguista que no pudo trascender debido a las limitaciones de la época: la escasez de escuelas, la falta de maestros preparados, la insuficiencia de presupuesto y las circunstancias políticas adversas, especialmente el advenimiento de la invasión portuguesa.

Índice de Contenido

El Espíritu y la Amplitud del Concepto

Sin embargo, la verdadera significación de la Escuela de la Patria reside en su espíritu y en su integración dentro del vasto programa artiguista. Observada a la luz de los documentos y acontecimientos de la época, tanto anteriores como posteriores a 1815, adquiere una dimensión mucho más amplia y profunda. Supuso una transformación del orden educativo, entendiendo la educación no solo como instrucción formal para niños, sino como un proceso de formación nacional y popular dirigido a todos los habitantes de la Banda Oriental.

Esta comprensión más amplia hace que su efímera existencia sea aún más dolorosa. No solo se lamenta que la invasión portuguesa truncara la difusión progresiva de los ideales artiguistas a través de los diversos órganos propuestos por el Protector, sino también que, tras la emancipación del yugo brasileño, la realidad histórica no mostrara un interés sostenido en conjugar la vida nacional con la visión de realizaciones y cultura que Artigas intentó impulsar.

El largo período de luchas civiles que siguió a la independencia, marcado por personalismos más que por una intención constructiva nacional, es visto como una prueba de esta falta de comprensión o voluntad para dar forma a algo similar a la idea artiguista de difundir conceptos fundamentales como nacionalidad, federalismo y república, no solo a través de la escuela, sino también mediante la instrucción cívica general. Esta persistencia de contiendas y estancamiento fue, años después, denunciada por José Pedro Varela en su “Legislación Escolar” como causa del pobre panorama educativo del país, impulsándolo a dirigir sus propios esfuerzos reformadores.

Por tanto, la Escuela de la Patria es, en esencia, un intento de educación republicano-democrática que, por las circunstancias, quedó inconcluso.

Los Hechos Puntuales (1815-1817)

Los acontecimientos concretos que recibieron la denominación de Escuela de la Patria tuvieron lugar, principalmente, entre septiembre de 1815 y enero de 1817. En lo que respecta estrictamente al ámbito escolar, se destacan:

  • La inauguración de una escuela en Purificación, el campamento artiguista, cuya dirección y magisterio fue encomendada a fray José Benito Lamas.
  • La separación del maestro José Pagola de la escuela pública de Montevideo por decisión del Cabildo. Este hecho es significativo porque el Cabildo interpretó el pensamiento artiguista, destituyendo a Pagola por tener “ideas contrarias al sistema político imperante, perniciosas a la educación de la niñez que debía formarse en la religión de la patria libre”.
  • El reemplazo de Pagola, a solicitud del Cabildo y con aprobación de Artigas, por los sacerdotes Lamas y Ortazú. Mientras Lamas se encargaría de la instrucción primaria tradicional, Ortazú tendría la misión de “excitar el entusiasmo patrio, haciendo resaltar las ventajas del sistema político planteado por el Protector de los Pueblos Libres”.

La enseñanza impartida en estas escuelas (Purificación y Montevideo) no difería sustancialmente de la que se daba en otras escuelas rioplatenses de la época en cuanto a métodos y programas básicos. La particularidad residía en el criterio de selección del magisterio y en la clara intencionalidad política y cívica de la enseñanza, buscando formar ciudadanos adheridos a los ideales revolucionarios y al sistema artiguista.

Más Allá del Aula Escolar: La Educación Nacional

El episodio de la Escuela de la Patria no se limita a estos hechos escolares. En el contexto de la Provincia Oriental y bajo la visión de Artigas, el problema educativo se planteaba de manera mucho más amplia: como un problema de educación nacional y popular. Toda revolución que rompe un orden jurídico establecido necesita imponer un nuevo orden acorde con su espíritu, y esto implica educar a la población en los nuevos contenidos políticos y sociales.

Artigas comprendió esta necesidad. No bastaban las victorias militares; era fundamental divulgar y enseñar los nuevos ideales que, aunque quizás latentes, no estaban estructurados en la sociedad semi-analfabeta de la época. Para ello, procuró establecer otros órganos de difusión más allá de la instrucción primaria elemental.

La Prensa como Herramienta Educativa

Uno de los medios fundamentales de divulgación que Artigas intentó utilizar fue la prensa. Aspiraba a fundar un periódico que llevara el espíritu de su sistema político a todos los rincones de la nación. Reclamó a Buenos Aires la devolución de la imprenta que la princesa Carlota había donado al Cabildo de Montevideo y que los porteños se habían llevado. Solicitó al Cabildo que, una vez recuperada, se utilizara para la impresión de un periódico.

Aunque la imprenta finalmente regresó a Montevideo, el proyecto del “Periódico Oriental” se frustró. No se encontró en la ciudad un periodista dispuesto a asumir su redacción, y la imprenta terminó siendo utilizada para imprimir cartillas, órdenes militares, bandos y documentos administrativos. Este fracaso en la difusión de las ideas a través de la prensa subraya, nuevamente, el carácter de “episodio trunco” de la Escuela de la Patria en su sentido más amplio. Sin embargo, revela la importancia que Artigas otorgaba a la prensa como órgano educativo y su respeto, manifestado en la ocasión, por la libertad de expresión.

El Púlpito como Tribuna Patriótica

Además de la prensa, Artigas identificó otra tribuna pública para la difusión de sus ideales: los púlpitos de las iglesias. Consciente de la influencia de los sacerdotes como las personas más cultas y letradas de la época, y considerando el contexto de superstición e idolatría, Artigas vio en ellos y en las iglesias lugares estratégicos para la prédica patriótica y el convencimiento popular. Los utilizó como auxiliares de sus propósitos emancipadores, sin por ello convertirse en un instrumento ciego del clero.

Mediante la prensa (aunque frustrada) y los púlpitos, Artigas buscaba crear y solidificar el ambiente social en el que su programa pudiera cumplirse. Estos eran instrumentos esenciales en la nueva organización social, pues toda organización social tiene un efecto educativo. Pretendía así disolver sus ideales, los ideales de la revolución, en el ambiente, para que se convirtieran en patrimonio de todos. Aspiraba a que la sociedad misma, impregnada de estos conceptos, se convirtiera en una “sociedad educadora”, formando a sus propios miembros como sujetos de educación que asimilaran los nuevos puntos de vista por medio de la acción del entorno.

Este principio de actividad compartida, donde quienes comprenden los ideales se convierten en copartícipes de quienes los crean y difunden, pudo haberse potenciado enormemente de haberse logrado la publicación regular del “Periódico Oriental”.

La Biblioteca Pública de Montevideo

A estos elementos se sumó, en 1816, la organización de la Biblioteca Pública de Montevideo. Esta iniciativa, inspirada por el legado del padre Manuel Pérez y Castellanos y concretada por el padre Dámaso Antonio Larrañaga, fue vista por Artigas como otro órgano fundamental de educación e instrucción que enriquecería el contenido – si se quiere llamar así – de la Escuela de la Patria.

Larrañaga, comprendiendo la urgencia de dotar a la ciudad de este elemento cultural, propuso al Cabildo la fundación de una biblioteca pública, a la cual se incorporarían más tarde los libros legados por Pérez y Castellanos por mandato de Artigas. El proyecto fue aprobado, y la Biblioteca Pública de Montevideo se inauguró el 26 de mayo de 1816, con Larrañaga como su director. Artigas rindió homenaje a este acontecimiento imponiendo, como santo y seña en su ejército el 30 de mayo, la célebre frase: “Sean los orientales tan ilustrados como valientes”, que deseó fuese siempre divisa de la nacionalidad.

Lamentablemente, los servicios de la Biblioteca Pública también tuvieron corta vida. Con la caída de Montevideo en poder de los portugueses el 20 de enero de 1817, el Cabildo decidió clausurarla, encajonar sus libros y depositarlos, sufriendo un destino similar al de otros intentos artiguistas.

¿Qué es la escuela de la patria?
El amplio concepto de la Escuela de la Patria Lo entendemos así en virtud de que los hombres de la Provincia Oriental estaban preparados para una acción educativa de la índole de la que tratamos desde los albores de la revolución.

Los Orígenes Profundos: Antes de 1815

Aunque los hechos puntuales se sitúen entre 1815 y 1817, el amplio concepto de la Escuela de la Patria, como espíritu y ambición educativa, se inicia mucho antes. La Banda Oriental estaba preparada para una acción educativa de esta índole desde los albores mismos de la revolución. Los pensamientos e ideales de Artigas no eran solo suyos; reflejaban y eran impulsados por los sentimientos de su pueblo. Artigas fue el Jefe de los Orientales porque se identificó con su espíritu y sus hombres lo creyeron el más capaz. De la misma manera, otras provincias se unieron a él porque su programa se identificaba con sus propias aspiraciones.

No hay efecto sin causa. Los acontecimientos de 1815-1817 fueron el efecto necesario de fuerzas y realidades preexistentes. Como señala Jesualdo Sosa, la Escuela de la Patria, en su sentido más profundo, “empieza con Artigas en el escenario de nuestra Banda”. Cada casa, cada púlpito, cada reunión de amigos, era una Escuela de la Patria para grandes y chicos, transmitiendo las aspiraciones políticas del pueblo oriental. Lo que se discurría en toda la nación fue la causa de los hechos posteriores. La Escuela de la Patria es todo eso, y pudo haber sido mucho más.

El Proyecto Constitucional de 1813

Este estado de cosas latente se concretó en el pensamiento de Artigas en su proyecto de Constitución de 1813, anterior a los hechos de 1815. Este proyecto ya manifestaba una profunda preocupación por los problemas de la cultura de su pueblo.

El Artículo 3º del Capítulo I de este proyecto establecía que, para promover la felicidad de la Provincia y asegurar el buen orden, se erigirían, a expensas del Gobierno, “establecimientos públicos de escuelas para la enseñanza de los niños y su educación”. Más aún, declaraba como “ley fundamental y esencial que todos los habitantes nacidos en esta provincia, precisamente han de saber leer y escribir”. Se imponía al Juez la obligación de asegurar que los padres pusieran a sus hijos en la escuela para que lograran “la enseñanza, de los derechos del hombre y de que se instruyan en el pacto social”. Esto no solo estatuye la obligatoriedad de la enseñanza y la responsabilidad del estado, sino que le da una clara definición cívico-social a la escuela.

Además, el Artículo 5º del Capítulo 5º, con cierta ironía hacia la metrópoli, señalaba la necesidad de fomentar y levantar “todos los seminarios para las ciencias, artes, aulas de gramática, filosofía, matemáticas y lenguas; fomentar las sociedades públicas, instrucciones para la promoción de la agricultura, comercio, oficios, manufacturas, historia natural del país, y todo aspecto social y sentimiento generoso que acredite las virtudes de un pueblo bien civilizado”.

Finalmente, reafirmando este tipo de formación cultural democrática, el Artículo 14º establecía que “la libertad de imprenta es esencial para la seguridad de la libertad de un estado; por lo mismo, no debe ser limitada en esta Provincia, como tampoco en el escribir, ni en la libertad de discurrir”.

Aunque este proyecto constitucional, interceptado y nunca implementado, no llegó a ser ley, revela la amplitud y profundidad de la visión educativa y cultural de Artigas mucho antes de los hechos puntuales de 1815, confirmando que la idea de la Escuela de la Patria era parte intrínseca de su proyecto político y social.

Conclusión: Un Intento Vasto y Trascendente

En resumen, la Escuela de la Patria, si bien como concreción institucional fue un episodio trunco de corta duración (1815-1817), su verdadera significación trasciende los hechos puntuales relatados por cronistas como Araújo. Si se interpreta dentro del vasto ideario de José Artigas y el espíritu de la revolución oriental, se revela como un intento educativo mucho más amplio.

Aunque no poseyera una fundamentación pedagógico-científica formal, es innegable que Artigas, Larrañaga, el Cabildo de Montevideo y todos quienes colaboraron, se propusieron una vasta obra educativa. Vasta porque la Escuela de la Patria no se limitaba a las aulas; estaba presente en el ambiente, en los púlpitos, en el frustrado intento de prensa, en la iniciativa de la biblioteca. Vasta porque los educandos no eran solo los niños, sino todos los orientales. Y vasta porque el programa a cumplir implicaba la enseñanza del ideario artiguista, del sistema político, y en última instancia, de un nuevo concepto de Patria y Nacionalidad. Fue un intento fundamental por formar ciudadanos libres, conscientes e ilustrados, capaces de sostener el sistema republicano y federal por el que se luchaba.

Preguntas Frecuentes sobre la Escuela de la Patria

¿Fue la Escuela de la Patria un sistema educativo como los conocemos hoy?

No, según los historiadores, la Escuela de la Patria no constituyó un sistema educativo formal con una estructura pedagógica definida y continuidad en el tiempo. Fue más bien un conjunto de iniciativas y un ideal educativo impulsado por José Artigas en el contexto de la revolución, buscando formar a los ciudadanos en los nuevos valores patrióticos y republicanos.

¿Cuándo existió la Escuela de la Patria?

Los hechos concretos que recibieron esta denominación tuvieron lugar principalmente entre septiembre de 1815 y enero de 1817. Sin embargo, el espíritu y la idea de una educación para la Patria se consideran parte del proyecto artiguista desde mucho antes, reflejados incluso en su proyecto de Constitución de 1813.

¿Quiénes fueron las figuras clave asociadas a la Escuela de la Patria?

José Artigas fue el principal impulsor del ideal. Otros personajes importantes en los hechos puntuales incluyen a fray José Benito Lamas y el padre José Cayetano Ortazú (maestros designados), José Pagola (maestro separado) y Dámaso Antonio Larrañaga (impulsor de la Biblioteca Pública, considerada parte de esta visión amplia).

¿Qué se enseñaba en la Escuela de la Patria?

Además de la instrucción primaria básica tradicional (leer, escribir), se ponía un fuerte énfasis en la enseñanza de los valores patrióticos, el sistema político propuesto por Artigas (federalismo, republicanismo) y un nuevo concepto de ciudadanía. La educación tenía una marcada intencionalidad cívica y política.

¿Por qué terminó la experiencia de la Escuela de la Patria?

Los hechos puntuales finalizaron abruptamente con la invasión portuguesa y la caída de Montevideo en enero de 1817. Además, la falta de una estructura formal, de recursos sostenidos y las posteriores luchas civiles en el período post-independentista impidieron que este ideal educativo tuviera la continuidad y proyección que Artigas deseaba.

¿La Escuela de la Patria se limitaba a las escuelas para niños?

No. Aunque hubo iniciativas escolares específicas, el concepto artiguista de educación para la Patria era mucho más amplio. Incluía el uso de la prensa (aunque frustrado), los púlpitos de las iglesias y la creación de instituciones culturales como la Biblioteca Pública, buscando formar a todos los habitantes de la Banda Oriental en los ideales revolucionarios.

¿Cuál es la importancia de la Escuela de la Patria en la historia uruguaya?

Su importancia radica en ser una manifestación temprana y clara del ideal de José Artigas de formar una ciudadanía consciente y educada, fundamental para sostener un sistema republicano y democrático. Aunque efímera en su concreción, representó una visión vasta de la educación como herramienta para la construcción de la Nacionalidad y la difusión de los derechos y deberes del ciudadano.

Si quieres conocer otros artículos parecidos a La Escuela de la Patria: Ideal Artiguista puedes visitar la categoría Educación.

Subir