15/04/2025
Domingo Faustino Sarmiento, una de las figuras más trascendentales de la historia argentina, es universalmente reconocido por su incansable labor en pos de la educación pública. Pero, ¿cómo fue el propio camino de aprendizaje de este prócer? ¿Dónde recibió sus primeras enseñanzas y cuántos idiomas llegó a dominar? Su formación fue tan singular y multifacética como su propia personalidad, marcada por la adversidad, la sed de conocimiento y una notable capacidad autodidacta.

Contrario a lo que podría pensarse de un futuro presidente y reformador educativo, Sarmiento no tuvo un camino lineal en su instrucción. Sus primeros pasos en el mundo del saber se dieron en su San Juan natal, en un contexto familiar humilde pero imbuido de valores tradicionales y religiosos. Ya desde muy pequeño, mostró una precoz afición por la lectura, aprendiendo a leer fluidamente a la temprana edad de cuatro años.
Los Años Fundacionales en la Escuela de la Patria
A los cinco años, Domingo Faustino Sarmiento comenzó a cursar sus estudios primarios en la Escuela de la Patria de San Juan. Esta institución, creada en 1816 en consonancia con el impulso educativo post-revolucionario que se extendía por el territorio heredado de España, buscaba ofrecer instrucción pública y gratuita, siguiendo ideales como los propugnados por Manuel Belgrano, quien veía en la educación un medio fundamental para combatir la ociosidad y la miseria e inspirar amor al trabajo. Sarmiento fue alumno de esta escuela durante nueve años.
La Escuela de la Patria en San Juan estuvo inicialmente a cargo de maestros como Fermín Rodríguez, y posteriormente por Ignacio Fermín y José Genaro Rodríguez. Estaba situada cerca de la plaza de armas y contaba con tres salones amplios, capaces de albergar a cerca de trescientos niños. Sarmiento recordaba la decoración del establecimiento como suntuosa, destacando la presencia de una imagen de la Virgen del Carmen, patrona de la escuela, una pintura de las armas de la República y un cartel motivador que rezaba: "¡Recompensa al mérito!".
Durante su paso por esta escuela, Sarmiento adquirió las bases de su formación: matemática elemental, gramática y, fundamentalmente, perfeccionó su lectura, llegando a ser un estudiante destacado. La educación no se limitaba a las materias seculares; los sábados, los alumnos asistían para recibir enseñanza religiosa y orientaciones morales, aspectos que reflejaban los valores de la época y que Sarmiento, criado en un ambiente familiar piadoso, internalizaría profundamente.
Un aspecto notable de esta etapa fue la participación familiar en su aprendizaje. A pesar de sus limitaciones, su padre, José Clemente Sarmiento, le tomaba la lección diariamente y lo hacía practicar la lectura, reforzando el trabajo de la escuela en casa. Esta dedicación temprana, tanto institucional como familiar, sentó las bases de su disciplina y su amor por los libros.
El fin de ciclo en la Escuela de la Patria culminaba con un examen público. Tras completar el tercer nivel de aprendizaje, los maestros confeccionaban un informe sobre los alumnos en condiciones de egresar. Estos candidatos debían demostrar sus conocimientos en un espectáculo que se desarrollaba en la plaza principal de la ciudad. Allí, sentados en sus bancos, los estudiantes esperaban ser interrogados ante la mirada atenta de padres, público en general y las autoridades locales, incluyendo el Gobernador, miembros del Cabildo, el sacerdote y vecinos notables. Sarmiento superó esta etapa, demostrando el conocimiento adquirido.
Oportunidades Perdidas y la Influencia del Clérigo José de Oro
A pesar de su desempeño destacado, el camino educativo superior de Sarmiento se vio frustrado por diversos azares y dificultades económicas. Al terminar la primaria, su familia recibió la noticia de que Bernardino Rivadavia había creado un colegio en Buenos Aires que ofrecía educación, vestuario y mantenimiento gratuitos a seis jóvenes de cada provincia. El maestro Ignacio Rodríguez propuso el nombre de Domingo, pero lamentablemente no fue seleccionado en la elección final.
Tampoco pudo acceder a una beca para estudiar en el prestigioso Seminario de Loreto en Córdoba, otra oportunidad que se presentó y no se concretó. Estas puertas cerradas, lejos de desanimarlo, parecieron redirigir su formación por caminos menos convencionales pero igualmente enriquecedores.
En 1825, a la edad de catorce años, Sarmiento se trasladó a la provincia de San Luis, acompañando a su tío materno, el presbítero José de Oro, quien había sido desterrado por el gobierno provincial de San Juan. Este período en San Francisco del Monte de Oro fue crucial para su desarrollo intelectual y personal. Bajo el magisterio de su tío, un hombre culto y de profundas convicciones, Sarmiento no solo aprendió latín, sino que también profundizó en gramática y geografía.
José de Oro no se limitaba a la enseñanza formal; conversaba con el joven Domingo sobre una amplia gama de temas, desde religión hasta creencias populares sobre brujos y fantasmas, ayudando a despejar miedos infantiles y a estimular su imaginación. Sarmiento mismo reconocería en sus escritos la significativa influencia de su tío en la formación de su carácter, en el despertar de su interés por los acontecimientos del país, en el desarrollo de su creatividad y en el cultivo de valores como la caballerosidad y la honradez. Fue un mentor fundamental en una etapa clave de su juventud.
Además de ser alumno, Sarmiento tuvo en San Francisco del Monte de Oro su primera experiencia como maestro. Junto a su tío, organizaron una escuela para enseñar a leer y escribir a los habitantes de la zona, muchos de los cuales eran adultos que lo superaban en edad. Esta vivencia temprana como educador marcó profundamente su perspectiva sobre la importancia de la instrucción para todas las edades y estratos sociales.
La estancia con José de Oro también tuvo un costado práctico. En 1826, junto al clérigo, trazaron los planos de una villa que bautizaron San Francisco del Monte de Oro, demostrando una versatilidad que iría más allá de lo meramente académico.
La Universidad de la Vida: Lectura y Autodidactismo
El regreso de Sarmiento a San Juan en 1827, ante la posibilidad de obtener una beca para estudios superiores en Buenos Aires que finalmente no se concretó debido a la agitación política, lo llevó a buscar medios de subsistencia. Con apenas dieciséis años y el deseo de aportar a la economía familiar, comenzó a trabajar como dependiente en el almacén de ramos generales de su tía Ángela Salcedo de Sarmiento.
Aunque este empleo no se alineaba con sus aspiraciones intelectuales, doña Ángela comprendió su inclinación por el saber y le permitió dedicar los momentos de menor afluencia de clientes a la lectura. Esta oportunidad fue fundamental para su formación autodidacta. La trastienda del almacén se convirtió en su biblioteca y en un espacio de tertulias donde se discutía la situación política y se proyectaban ideas para el progreso de San Juan. Allí, Sarmiento devoró libros de historia de Grecia y Roma, la Biblia y dedicó tiempo y entusiasmo a los catecismos de Ackermann.
Los catecismos de Rudolph Ackermann, publicados en Londres en la década de 1820 y traducidos o escritos por exiliados españoles para la "ilustración" de las recién independizadas naciones latinoamericanas, eran una suerte de manuales que resumían preguntas y respuestas sobre diversas asignaturas. Constituyeron una base importante para la producción de textos escolares en el siglo XIX. La lectura de estos materiales amplió su conocimiento en múltiples áreas y le proporcionó modelos pedagógicos.
Además de su propia lectura, Sarmiento ofició de maestro del hijo de doña Ángela, Domingo Soriano Sarmiento. Compartió tiempo y afecto con él, llegando a considerarlo casi como a un hijo. Esta experiencia reforzó su vocación docente en un entorno cotidiano.
Aunque las turbulencias políticas lo obligaron a interrumpir a menudo sus actividades y, en 1829, incluso a esconderse en su casa, Sarmiento aprovechó esos momentos para seguir estudiando de forma solitaria. Fue en uno de estos períodos de reclusión forzada cuando, con libros de gramática y un diccionario prestados, comenzó a estudiar el idioma francés de manera autodidacta. Este fue el inicio de su camino como políglota.
El Políglota Sarmiento: Una Búsqueda Constante
La necesidad y el deseo de expandir sus horizontes llevaron a Sarmiento a aprender varios idiomas a lo largo de su vida. Su primer contacto formal con una lengua extranjera fue el latín, aprendido con su tío José de Oro en San Luis en 1825.

Su primer exilio en Chile, a partir de 1831, fue un período de gran actividad, incluyendo la fundación de escuelas. Durante su estancia en Valparaíso en 1833, trabajando nuevamente como dependiente de comercio, pudo pagar a un profesor para que le enseñara inglés. Este aprendizaje le abriría las puertas a la vasta cultura y pensamiento anglosajón, que tanto influirían en sus ideas educativas y políticas.
De regreso en San Juan en 1836, en contacto con un grupo de jóvenes interesados en la cultura, continuó su formación y sus primeras tentativas literarias. En 1837, aprendió italiano, sumando otra lengua romance a su repertorio.
En 1842, ya nuevamente en Chile y plenamente dedicado a la actividad periodística y educativa (fundó la Escuela Normal de Sudamérica ese año), estudió portugués. Este idioma le sería de gran utilidad, especialmente en sus contactos con el vecino Brasil.
Su gran viaje por América, Europa, norte de África y Estados Unidos entre 1845 y 1847, emprendido para observar sistemas educativos y culturales, fue una oportunidad inmejorable para practicar y perfeccionar sus conocimientos lingüísticos. Durante su estancia en Francia, sumó otro idioma más a su lista: aprendió alemán.
Así, a lo largo de su vida, Sarmiento estudió y llegó a dominar al menos seis idiomas además del español: latín, francés, inglés, italiano, portugués y alemán. Esta capacidad para las lenguas no solo le permitió acceder a un caudal inmenso de conocimiento y pensamiento universal, sino que también fue una herramienta crucial en su labor diplomática y en la difusión de sus propias ideas.
Su formación autodidacta en idiomas, complementada con clases formales cuando las circunstancias lo permitieron, demuestra una perseverancia y una sed de saber excepcionales. Leyó a literatos franceses, a políticos estadounidenses y se sumergió en cursos de historia y filosofía, siempre con el objetivo de aplicar ese conocimiento en su vida pública y en su proyecto de país.
El Legado de una Formación Singular
La trayectoria educativa de Sarmiento, desde la Escuela de la Patria, pasando por la tutela de José de Oro, el autodidactismo en la trastienda de un almacén y el aprendizaje de idiomas impulsado por la necesidad y la curiosidad, forjó al hombre que dedicaría su vida a la educación. Sus propias experiencias, tanto las oportunidades aprovechadas como las becas perdidas, moldearon su convicción de que la educación pública debía ser accesible para todos.
Su conocimiento de múltiples idiomas y culturas, adquirido con esfuerzo y dedicación, le permitió conocer los sistemas educativos más avanzados de su tiempo e inspirar sus propias reformas en Argentina. Desde la fundación de escuelas y colegios hasta la promoción de la lectura y la traducción de textos, Sarmiento aplicó las lecciones de su propia formación a la construcción de una nación más educada.
Comparativa: Las Etapas de la Formación de Sarmiento
La educación de Sarmiento no siguió un único modelo. Fue una combinación de instrucción formal, mentoría, autodidactismo y aprendizaje experiencial. Aquí presentamos una breve comparativa de sus principales etapas formativas:
Período | Institución/Contexto | Principales Aprendizajes | Influencia Clave | Modalidad |
1816-1825 | Escuela de la Patria, San Juan | Lectura, escritura, gramática, matemática elemental, moral, religión. | Maestros (Rodríguez), Padre. | Formal (primaria). |
1825-1826 | San Francisco del Monte, San Luis | Latín, gramática, geografía, historia, filosofía, valores. | Presbítero José de Oro. | Mentoría y co-enseñanza. |
1827-1830 (intermitente) | Almacén de Ángela Salcedo, San Juan | Historia, religión, política, literatura (a través de lecturas). Francés (autodidacta). | Lectura, Tertulias, Autodidactismo. | Autodidacta y experiencial. |
1831-1855 (exilios, intermitente) | Chile, Uruguay, Viajes, Buenos Aires | Inglés, Italiano, Portugués, Alemán. Sistemas educativos, periodismo, política, derecho. | Profesores particulares, Viajes, Experiencia profesional. | Formal (idiomas), Experiencial, Observación. |
Como se observa, su formación fue un tapiz complejo donde la escuela formal fue solo el punto de partida, complementada por una sed insaciable de conocimiento que lo llevó a aprender por sí mismo y de las experiencias de la vida.
Preguntas Frecuentes sobre la Educación de Sarmiento
Aquí respondemos algunas de las preguntas más comunes sobre los inicios educativos y el aprendizaje de idiomas de Domingo Faustino Sarmiento, basándonos en la información proporcionada:
¿Dónde hizo sus primeros estudios Sarmiento?
Sarmiento hizo sus primeros estudios en la Escuela de la Patria de su ciudad natal, San Juan, a partir de los cinco años de edad, cursando allí durante nueve años.
¿Quiénes fueron los primeros maestros de Sarmiento?
Sus primeros maestros en la Escuela de la Patria incluyeron a Fermín Rodríguez, e Ignacio Fermín y José Genaro Rodríguez. Su padre también jugó un papel importante al tomarle lecciones en casa.
¿Sarmiento asistió a la universidad en su juventud?
No, Sarmiento no pudo acceder a estudios universitarios ni a becas para colegios superiores en Buenos Aires o Córdoba en su juventud debido a diversas circunstancias y azares políticos y económicos. Su educación posterior fue en gran medida autodidacta y a través de la mentoría y la experiencia.
¿Con quién aprendió latín Sarmiento?
Sarmiento aprendió latín con su tío materno, el presbítero José de Oro, durante su estancia en San Francisco del Monte, provincia de San Luis, en 1825.
¿Dónde tuvo Sarmiento su primera experiencia como maestro?
Su primera experiencia como maestro fue en San Francisco del Monte, San Luis, donde organizó una escuela junto a su tío José de Oro para enseñar a leer y escribir a los habitantes de la zona.
¿Cuántos idiomas estudió Sarmiento?
Según la información proporcionada, Sarmiento estudió y aprendió al menos seis idiomas además del español a lo largo de su vida: latín, francés, inglés, italiano, portugués y alemán.
¿Cómo aprendió Sarmiento algunos idiomas?
Aprendió idiomas de diversas maneras: formalmente con profesores (como inglés), con mentores (latín con José de Oro), y de manera autodidacta (como francés, con libros prestados). Su afición por la lectura y sus viajes fueron clave para su aprendizaje lingüístico.
La historia de la educación de Sarmiento es un testimonio de la pasión por el aprendizaje y la capacidad humana para superar obstáculos y buscar el conocimiento por diversos caminos. Su propia vida fue la primera lección de su incansable prédica educativa.
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