31/12/2024
El cuento fantástico, un género que nos invita a cuestionar la naturaleza misma de lo que consideramos real, se asienta en una paradoja fundamental. ¿Es posible que lo fantástico coexista con lo real? ¿O la entrada de uno supone necesariamente la exclusión del otro? Para comprender a fondo este fascinante universo literario, es crucial reconocer que, al menos en términos narrativos, lo fantástico no existiría sin la presencia de "lo real". Nos referimos aquí a las convenciones y formas con las que nuestra sociedad define y entiende la realidad cotidiana.

A diferencia de otros géneros que abrazan plenamente lo sobrenatural desde el inicio, el cuento fantástico requiere la confusión de elementos que reconocemos como "realistas", que imitan nuestro mundo, con hechos o sucesos sobrenaturales, asombrosos o simplemente insólitos. Esta coexistencia ambigua de mundos dispares es la esencia misma del fantástico, una especie de oxímoron literario. La contradicción no es un fallo, sino parte de su naturaleza. En un relato fantástico, lo inadmisible, lo imposible según nuestras reglas cotidianas, irrumpe en el orden establecido. Es precisamente en esta irrupción donde reside su fuerza, tanto literaria como, a menudo, filosófica.
El fantasy re-combina e invierte lo real, pero no escapa a su esfera: existe en una relación simbiótica o parasitaria con lo real.
Jackson, Rosmary
Para entender la peculiar sensación que provoca lo fantástico, podemos recurrir al término freudiano *Unheimlich*, que podríamos traducir como "lo inquietante" o "lo que sale de lo cotidiano aceptable por la razón". Freud notaba que en los cuentos de hadas (maravillosos), la realidad es dejada de lado para entrar en un sistema donde lo animista es aceptado. Pero en el fantástico, lo extraño irrumpe en nuestro mundo familiar, provocando esa sensación de lo *Unheimlich*. El escritor fantástico se aprovecha de viejas creencias o supersticiones que pensábamos superadas, y las trae de vuelta a plena luz del día, intensificando el efecto.
Un Género Nacido de la Duda: Contexto Histórico
La literatura fantástica, tal como la entendemos hoy, suele situarse históricamente a partir de 1800, o poco antes. Este surgimiento coincide con un momento clave en la humanidad occidental: la adopción de una representación de lo real basada en el pensamiento lógico-racionalista y secularizado. Podríamos decir que, paradójicamente, sin esta visión del mundo que relegaba lo sobrenatural a la esfera de lo irracional, el fantástico literario moderno no habría existido.
Aunque las ficciones con elementos fantásticos son, como señala Bioy Casares, "anteriores a las letras" y pertenecen al vasto océano de relatos orales (mitos, leyendas, cuentos populares), es fundamental distinguirlas del fantástico literario. En esos relatos folclóricos, la irrupción de lo insólito no resulta problemática porque la concepción de la realidad de sus oyentes o lectores originales incluía una frontera difusa o inexistente entre el mundo cotidiano y el mundo sobrenatural. Lo imposible para nosotros era simplemente posible en su cosmovisión.

La llamada "literatura fantástica" requiere del abandono de esa visión del mundo creyente en portentos. Dice Jaime Rest que el modelo más difundido es aquel que nos ofrece una narración donde deliberadamente se soslaya la posibilidad de establecer en forma inequívoca si estamos ante un hecho sobrenatural objetivo o una mera alucinación subjetiva. Autores como E.T.A. Hoffmann son considerados fundadores de esta tradición, que surge como una reacción romántica al secularismo y positivismo modernos. Es el choque entre esta visión racionalista y el impulso romántico hacia lo misterioso y sobrenatural lo que parece dar origen a lo fantástico literario.
Características Clave del Cuento Fantástico
Si tuviéramos que definir qué hace que un cuento sea fantástico, podríamos señalar varias características interconectadas:
La Ambigüedad y la Incertidumbre
El fantástico se nutre de la duda. El lector, y a menudo los personajes, no pueden decidirse entre una explicación racional (aunque inusual) y una explicación sobrenatural. Es esta vacilación la que lo define y lo diferencia claramente del cuento maravilloso (donde lo sobrenatural es aceptado sin cuestionar) o del relato realista (donde todo tiene una explicación dentro de las leyes conocidas).
La Frontera y la Disolución de Límites
El lugar del fantástico es la frontera. No pertenece ni al mundo puramente real ni al puramente sobrenatural; está en medio, en el intersticio. Esto lo lleva a cuestionar y disolver los límites que normalmente usamos para organizar la realidad y la narrativa: los límites entre sujeto y objeto, entre lo animado y lo inanimado, entre el sueño y la vigilia, entre el yo y el otro, y las nociones estables de tiempo y espacio. Rosalba Campra habla de un "escándalo de la razón" donde dos órdenes irreconciliables coexisten.
No es Metafórico ni Alegórico
A diferencia de la alegoría o la metáfora, donde un elemento representa otra cosa, en el fantástico, lo insólito está allí por sí mismo. La tendencia del fantástico no es la del reemplazo (esto significa aquello), sino la del desplazamiento, el deslizamiento, un fluir que impide la fijación definitiva. Las formas son inestables, las identidades fluidas. Rosmary Jackson lo describe como una tendencia a la disolución, a la entropía.
Temas Recurrentes en el Cuento Fantástico
La naturaleza ambigua y transgresora del fantástico da lugar a una serie de temas que aparecen con frecuencia:
- La Metamorfosis y la Disolución de Identidad: El cambio de forma, la transformación del ser humano en animal (como en "Axolotl" de Cortázar), la pérdida de la identidad coherente. El "yo" se extraña, se disgrega, a menudo con consecuencias fatales.
- El Doble: La aparición de un alter ego, un gemelo o una sombra que cuestiona la unicidad del individuo. Ejemplos clásicos incluyen "William Wilson" de Poe o "Lejana" de Cortázar, y la célebre historia de Dr. Jekyll y Mr. Hyde de Stevenson. El doble a menudo encarna aspectos reprimidos o desconocidos del yo.
- La Transformación del Tiempo y el Espacio: Las leyes físicas que rigen la temporalidad y la espacialidad se quiebran. El tiempo puede retroceder ("Viaje a la semilla" de Carpentier), detenerse ("El milagro secreto" de Borges) o comprimirse ("Tren" de Dabove). Los espacios se vuelven laberínticos, imposibles o se confunden con otros (como en "La noche boca arriba" de Cortázar, donde el hospital se mezcla con la selva azteca).
- La Irrupción de lo Inadmisible en lo Cotidiano: Un objeto inexplicable aparece ("Equipaje" de Pablo de Santis), un sueño se materializa, un evento imposible ocurre en un entorno perfectamente familiar. El misterio no se basa en un mundo lejano o mágico, sino en la fractura de *este* mundo.
- La Incertidumbre y el Enigma Irresuelto: Como mencionamos, la falta de una explicación clara es fundamental. El relato no cierra, deja un vacío, un silencio que resuena en la mente del lector.
Fantástico vs. Otros Géneros: Una Tabla Comparativa
Para clarificar aún más la naturaleza del cuento fantástico, es útil compararlo con el cuento maravilloso y la fantasía épica (high fantasy), géneros con los que a veces se confunde:
Característica | Cuento Fantástico | Cuento Maravilloso | Fantasía Épica (High Fantasy) |
---|---|---|---|
Relación con la Realidad Cotidiana | Coexiste con ella, la irrumpe y cuestiona. | Se aparta de ella, crea un mundo aparte (aunque pueda haber puntos de contacto). | Crea un mundo completamente alternativo con sus propias reglas. |
Naturaleza de lo Insólito/Sobrenatural | Ambiguo, puede ser objetivo o subjetivo (alucinación). No tiene explicación clara. | Objetivo, aceptado, parte del mundo narrado. Tiene sus propias reglas dentro de ese mundo. | Objetivo, parte de las reglas del mundo creado. Totalmente coherente dentro de ese sistema. |
Sentimiento Predominante | Inquietud, duda, incertidumbre, *Unheimlich*. | Asombro, aventura, a veces miedo (pero explicable dentro del mundo). | Asombro, aventura, épica, inmersión en otro mundo. |
Reglas del Mundo | Las reglas de la realidad cotidiana se rompen o cuestionan. | Las reglas del mundo maravilloso son diferentes, pero consistentes dentro de él. | Las reglas del mundo alternativo son propias y estrictamente coherentes. |
Ejemplos Típicos | Poe, Cortázar, Hoffmann, Borges (ciertos cuentos). | Cuentos de hadas clásicos (Perrault, Grimm). | Tolkien (El Señor de los Anillos), Le Guin (Terramar). |
Como se ve en la tabla, la principal diferencia radica en la relación con la realidad y la presencia o ausencia de ambigüedad. Mientras el maravilloso y la fantasía épica construyen mundos con reglas internas coherentes (aunque diferentes a las nuestras), el fantástico quiebra el mundo que reconocemos, creando un vacío, una ausencia de significado o explicación.

El Fantástico Moderno: La Presencia de la Ausencia
El fantástico ha evolucionado. Mientras en el gótico la aparición explícita de un fantasma o monstruo era suficiente, el fantástico moderno se concentra a menudo en lo desconocido dentro de lo familiar, en la ausencia misma. Ya no se trata siempre de un ser sobrenatural definido, sino de una falta de nexos, de silencios en la trama que reflejan vacíos en nuestra comprensión de la realidad. El enigma no se resuelve; el héroe se enfrenta a la nada, a la imposibilidad de explicación.
El cuento "El perro ceniza" de Javier Villafañe, mencionado en el texto, es un ejemplo perfecto de esta tendencia. Se presenta una situación que parece tener una explicación racional (alucinación del personaje), validada por el diálogo con un médico. Sin embargo, el final, con la aparición del perro junto al cadáver, destruye esa seguridad. El lector no puede aceptar plenamente la existencia del perro, pero tampoco puede negarla, quedando atrapado en la incertidumbre. La ausencia de una explicación lógica es lo que genera el efecto fantástico.
El fantástico moderno (...) se concentra en lo desconocido dentro del presente, y descubre el vacío dentro de una realidad aparentemente plena. Lo que se lleva a primer plano es la ausencia misma.
Jackson, Rosmary
Esta vacuidad, esta falta de significado, no construye nada, sino que disuelve, vicia la aparente plenitud del mundo tridimensional que habitamos.
Preparándose para Escribir un Cuento Fantástico
Si te sientes atraído por este género y te preguntas qué acciones puedes realizar antes de escribir un cuento fantástico, la clave reside en comprender su naturaleza profunda:
- Explora la Relación entre lo Cotidiano y lo Insólito: Piensa en cómo un evento o un objeto fuera de lo común podría irrumpir en un entorno perfectamente normal y reconocible. La fuerza del fantástico reside en el contraste.
- Cultiva la Ambigüedad: No expliques demasiado. La incertidumbre es tu aliada. ¿Podría haber una explicación racional (sueño, locura, coincidencia) que compita con la sobrenatural? Mantén al lector (y quizás a tus personajes) en esa duda.
- Cuestiona los Límites: Reflexiona sobre qué categorías de la realidad quieres desafiar. ¿Será el tiempo? ¿El espacio? ¿La identidad? ¿La distinción entre lo vivo y lo inanimado? Elegir un límite para transgredir puede dar un eje a tu relato.
- Sumérgete en lo *Unheimlich*: Piensa en qué te resulta inquietante, extrañamente familiar pero a la vez ajeno. A menudo, lo fantástico surge de transformar lo conocido en desconocido, lo seguro en amenazante.
- Lee y Analiza Obras del Género: Familiarizarte con autores como Poe, Cortázar, Borges, Hoffmann, Quiroga, Bioy Casares, entre muchos otros, te permitirá ver cómo manejan la ambigüedad, la irrupción de lo insólito y la construcción de la incertidumbre. Observa cómo usan la voz narrativa, los detalles y los silencios para crear el efecto deseado.
- Piensa en la Ausencia: A veces, el terror o la inquietud no vienen de una presencia, sino de una falta. ¿Qué pasaría si algo que *debería* estar, no está? ¿O si una conexión lógica *falta*?
En Conclusión
El cuento fantástico es un género que nos desafía a mirar más allá de las definiciones rígidas de la realidad. Al situarse en la frontera entre lo real y lo insólito, al abrazar la ambigüedad y la incertidumbre, nos invita a cuestionar nuestras propias percepciones y los límites que hemos construido para ordenar el mundo. Sus temas recurrentes exploran la fragilidad de la identidad, la elasticidad del tiempo y el espacio, y la inquietante posibilidad de que lo imposible irrumpa en nuestro día a día. Como señala Cortázar, quizás la suerte de algunos escritores fantásticos reside en no haber tenido una educación que separara tajantemente lo sobrenatural de la realidad cotidiana, permitiéndoles aceptar una realidad "más grande, más elástica, más expandida, donde entraba todo". Esa apertura es, quizás, el punto de partida para adentrarse, como lector o escritor, en la fascinante realidad de lo fantástico.
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