20/04/2025
La historia de la educación y la asistencia social está marcada por la dedicación de figuras religiosas que, impulsadas por una profunda fe y un deseo de servir, fundaron instituciones que perduran hasta nuestros días. Dos de estas figuras notables son la Madre Maria Giuseppa Rossello y el Venerable Guillermo José Chaminade. Aunque vivieron en épocas y contextos ligeramente diferentes, ambos respondieron a las necesidades apremiantes de su tiempo, creando organizaciones que utilizarían la educación y la misericordia como herramientas fundamentales para el cambio social y la evangelización.
Madre Maria Giuseppa Rossello y las Hijas de Nuestra Señora de la Misericordia
Nacida como Benedetta Rossello en 1811 en Albissola Marina, Italia, la Madre Rossello fue la cuarta de diez hijos. Desde joven, demostró una gran devoción y un fuerte sentido de responsabilidad, ayudando a sus padres y cuidando de sus numerosos hermanos. La pérdida temprana de varios miembros de su familia, incluyendo a su madre y su padre, la convirtió en el principal sostén de su hogar, forjando en ella una resiliencia y una compasión que serían cruciales para su futura misión.
Su vocación religiosa la llevó a unirse a la Tercera Orden de San Francisco a los dieciséis años. Sin embargo, fue en 1837 cuando su camino tomó una dirección definitiva. Respondiendo a un llamado del Padre Agostino De Mari para voluntarios dedicados a la educación y el servicio a los pobres y sin educación, Benedetta Rossello se unió a esta causa. De Mari, reconociendo su potencial y dedicación, les proporcionó una pequeña casa, lo que marcó el inicio de una obra significativa.
Fundación y Misión
El 10 de agosto de 1837, este esfuerzo colaborativo culminó en la fundación del Conservatorio de las Hermanas de la Misericordia y San Juan Bautista. Poco después, el 22 de octubre de 1837, Benedetta inició formalmente su noviciado y recibió el nombre religioso de Maria Giuseppa. La nueva congregación fue oficialmente titulada las Hijas de Nuestra Señora de la Misericordia. Su objetivo principal era claro y ambicioso: llevar la misericordia de Dios al mundo, especialmente a través del servicio a los pobres y los enfermos.
Las Hermanas de la Misericordia se dedicaron a diversas obras de caridad y apostolado, prestando sus servicios en parroquias, hospitales y, crucialmente, en escuelas. La educación se convirtió en un pilar fundamental de su misión, reconociendo que la falta de instrucción perpetuaba la pobreza y limitaba las oportunidades de las personas, especialmente de los niños. Madre Rossello asumió roles importantes dentro del instituto desde el principio, sirviendo como Maestra de Novicias y tesorera.
Su liderazgo y visión la llevaron a ser nombrada Superiora General de la congregación en 1840, un cargo que ocupó durante cuarenta años hasta su muerte. Durante estas cuatro décadas, guió el crecimiento y la expansión de la orden, asegurando que su misión de misericordia y servicio se mantuviera firme. A pesar de enfrentar desafíos, incluyendo problemas de salud derivados de su arduo trabajo, Madre Rossello perseveró en su labor.
La congregación recibió la aprobación oficial del Papa Pío X el 12 de enero de 1904, un reconocimiento que validó su carisma y su importante labor en la Iglesia y la sociedad. Hoy, las Hijas de Nuestra Señora de la Misericordia continúan el legado de su fundadora, sirviendo en diversas partes del mundo a través de escuelas, hospitales y otras obras de caridad, llevando la misericordia de Dios a quienes más la necesitan.
Guillermo José Chaminade y la Familia Marianista
En otra latitud, pero con un espíritu similar de respuesta a las necesidades de su tiempo, emergió la figura de Guillermo José Chaminade. Nacido en 1761 en Francia, en el seno de una familia religiosa, Chaminade fue sacerdote y educador antes de que la Revolución Francesa trastocara el orden social y religioso de su país.
La Revolución lo obligó a ejercer su ministerio en la clandestinidad y, posteriormente, lo llevó al exilio en Zaragoza, España. Fue durante sus tres años en Zaragoza, junto al Santuario de la Virgen del Pilar, donde maduró su visión misionera para la reconstrucción de la fe en una sociedad deschristianizada. Comprendió la necesidad de nuevas formas de apostolado que involucraran activamente a los laicos.
Fundación de la Familia Marianista
Al regresar a Burdeos, Chaminade comenzó a poner en práctica su visión. Su primera gran obra fue la fundación de "La Congregación", un movimiento de seglares de diversas condiciones sociales unidos para crecer en la fe y comprometerse con la evangelización. Este movimiento fue la base de su incansable actividad apostólica y un precursor del papel activo de los laicos en la Iglesia.
Para asegurar la continuidad de su obra y dar respuesta a las vocaciones religiosas que surgían de "La Congregación", Chaminade fundó dos institutos religiosos. En 1816, junto con Adela de Batz de Trenquelleon, fundó el Instituto de las Hijas de María Inmaculada (FMI), las religiosas marianistas. Un año después, en 1817, fundó la Compañía de María (SM), los religiosos marianistas.
La Compañía de María se distinguió por su composición, incluyendo tanto religiosos laicos como sacerdotes, trabajando juntos en igualdad de condiciones, inspirados por el ejemplo de María. El Padre Chaminade dedicó el resto de su vida a animar y desarrollar estas tres ramas de la Familia Marianista: seglares, religiosas y religiosos.
La Educación como Medio Privilegiado
En un contexto de profunda necesidad educativa tras la Revolución, los marianistas pronto identificaron la educación como un medio privilegiado para cumplir su misión evangelizadora. Asumieron la gestión de obras educativas, integrando la formación intelectual y moral con la formación en la fe. Para ellos, la escuela no era solo un lugar de aprendizaje académico, sino un espacio de evangelización integral, donde se formaba a la persona en su totalidad.
Esta apuesta por la educación llevó a la expansión de la Compañía de María, primero en Francia y luego a nivel internacional. Durante la vida del fundador, se establecieron en Suiza y Estados Unidos, y posteriormente continuaron su expansión por Europa, América Latina, Asia y África. Hoy, los religiosos marianistas están presentes en 35 países, trabajando en misión compartida con los seglares de la Familia Marianista.
Colegios como el "Santa María Marianistas" son ejemplos vivos del legado de Guillermo José Chaminade. No fue él quien fundó cada colegio individualmente, sino que fundó la congregación (la Compañía de María) que, como parte esencial de su carisma y misión, se dedica a la obra educativa, estableciendo y dirigiendo escuelas en todo el mundo para llevar el Evangelio a través de la formación de la juventud.
Comparando los Legados Educativos y de Servicio
Aunque con orígenes y enfoques institucionales distintos, tanto Madre Rossello como Guillermo José Chaminade establecieron congregaciones que han tenido un impacto duradero a través de la educación y la caridad. Sus obras surgieron de una profunda fe y una respuesta a las necesidades sociales de su tiempo.
Característica | Madre Maria Giuseppa Rossello | Guillermo José Chaminade |
---|---|---|
Congregación Principal | Hijas de Nuestra Señora de la Misericordia | Compañía de María (Marianistas) |
Año de Fundación (Instituto) | 1837 | 1817 (Compañía de María) |
Enfoque Principal | Misericordia, servicio a pobres y enfermos, incluyendo escuelas | Evangelización, con la educación como medio privilegiado |
Servicios | Escuelas, hospitales, parroquias, obras de caridad | Escuelas, parroquias, formación de laicos, otras obras apostólicas |
Ámbito de Acción Hoy | Internacional | Presentes en 35 países |
Ambos fundadores vieron la necesidad de no solo brindar asistencia material, sino también de formar a las personas, de educarlas en la fe y en conocimientos que les permitieran mejorar sus vidas y contribuir a la sociedad. Sus congregaciones se convirtieron en faros de esperanza y conocimiento en un mundo que cambiaba rápidamente.
Preguntas Frecuentes
¿Qué fundó específicamente la Madre Rossello?
La Madre Maria Giuseppa Rossello fundó, junto con el Padre Agostino De Mari, el Conservatorio de las Hermanas de la Misericordia y San Juan Bautista en 1837. Esta institución se convirtió oficialmente en las Hijas de Nuestra Señora de la Misericordia. Su objetivo principal era llevar la misericordia de Dios a través del servicio a los pobres, los enfermos y la educación, estableciendo y gestionando escuelas como parte de su labor.
¿Quién es el fundador del Colegio Santa María Marianistas?
El Colegio Santa María Marianistas fue fundado por la congregación religiosa conocida como la Compañía de María (Marianistas). Esta congregación fue fundada por el Venerable Guillermo José Chaminade en 1817. Chaminade estableció la orden de los Marianistas, que, como parte fundamental de su carisma, se dedica a la educación integral de la juventud como medio de evangelización. Por lo tanto, aunque Chaminade no fundó directamente cada colegio con ese nombre, sí fundó la orden que los crea y sustenta.
¿Cuál era la principal motivación de estos fundadores?
La principal motivación tanto de Madre Rossello como de Guillermo José Chaminade era una profunda fe y un deseo de servir a Dios y al prójimo, especialmente a aquellos más necesitados o alejados. Respondieron a las necesidades de sus respectivas épocas – la pobreza y falta de educación en Italia para Rossello, y la deschristianización post-revolucionaria en Francia para Chaminade – utilizando la organización religiosa y la educación como herramientas para la transformación social y espiritual.
¿Por qué la educación fue tan importante para los Marianistas?
Para los Marianistas, la educación se convirtió en un "medio privilegiado" de evangelización. Guillermo José Chaminade y sus seguidores comprendieron que, después de la Revolución Francesa, era necesario reconstruir la fe y los valores en la sociedad, y la escuela ofrecía un espacio ideal para formar integralmente a las nuevas generaciones, combinando el conocimiento académico con la formación en la fe y los valores cristianos.
¿Las congregaciones fundadas por ellos siguen activas?
Sí, tanto las Hijas de Nuestra Señora de la Misericordia (fundadas por Madre Rossello) como la Compañía de María (Marianistas, fundados por Guillermo José Chaminade) son congregaciones religiosas activas que continúan su labor educativa, social y pastoral en numerosas partes del mundo, llevando adelante el legado de sus fundadores.
Un Legado que Perdura
La obra de Madre Maria Giuseppa Rossello y Guillermo José Chaminade trasciende el tiempo. Sus fundaciones no solo proporcionaron educación y asistencia en sus épocas, sino que crearon estructuras organizativas con un carisma y una misión que han permitido que su labor continúe y se adapte a los desafíos contemporáneos. La dedicación a los jóvenes, a los pobres y a la difusión de los valores evangélicos a través de la educación sigue siendo tan relevante hoy como lo fue en el siglo XIX.
Estos legados son un recordatorio del poder transformador de la fe activa y organizada, capaz de generar instituciones que no solo imparten conocimiento, sino que también forman personas íntegras, comprometidas con el servicio y la construcción de un mundo más justo y humano.
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