La Fascinante Historia del Colegio Máximo

Conocido mundialmente por haber sido la institución donde se formó el Papa Francisco, y de la cual incluso fue rector durante seis años, el Colegio Máximo, o simplemente “El Máximo” como lo llaman sus allegados y vecinos, atesora una historia profunda y compleja que abarca siglos y geografías. Sus muros guardan no solo los pasos iniciales de Jorge Mario Bergoglio en su camino sacerdotal y pastoral, sino también un legado intelectual y espiritual que ha marcado el pensamiento y la formación de generaciones en América Latina.

Orígenes Antiguos: El Primer Collegium Maximum en Córdoba

La historia del Colegio Máximo se remonta a los albores del siglo XVII. Fue en Córdoba, en 1610, donde los jesuitas crearon el primer Collegium Maximum. Este establecimiento pionero tenía como objetivo primordial la formación de los futuros sacerdotes de la orden en la región. Su relevancia fue tal que sentó las bases de lo que hoy conocemos como la prestigiosa Universidad Nacional de Córdoba.

El valor académico y eclesiástico de este primer colegio fue rápidamente reconocido. El papa Gregorio XV le otorgó la facultad de conceder títulos de grado en teología y filosofía, una potestad fundamental para la formación de seminaristas en la colonia. Los jesuitas estuvieron al frente de esta institución crucial hasta 1767. En aquel año, una resolución del rey Carlos III de España decretó la expulsión de la Compañía de Jesús de todos los territorios de la Corona, poniendo fin a su gestión en Córdoba y otras partes del continente. Las instalaciones del Colegio Máximo cordobés pasaron a otras manos.

Décadas después, en 1836, la Compañía de Jesús fue restablecida en el territorio de lo que hoy es Argentina, gracias a una decisión del entonces gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas. Sin embargo, las antiguas instalaciones en Córdoba ya no pertenecían a la orden, lo que planteó la necesidad de encontrar un nuevo espacio adecuado para sus actividades de formación.

La Etapa en San Miguel: Fundación y Desarrollo del Colegio Máximo de San José

Siglos después de su fundación original en Córdoba, y con la orden jesuita restablecida pero sin una sede adecuada para su formación superior, la parte argentina de la Compañía de Jesús inició en 1928 la búsqueda de un espacio más amplio y funcional. El objetivo era claro: establecer un Colegio Máximo que pudiera albergar y formar a sus estudiantes de manera integral. Hasta ese momento, los estudiantes jesuitas no solo de Argentina, sino de otros países de Latinoamérica, realizaban sus estudios de Filosofía y Teología en las facultades ubicadas en el Seminario de Villa Devoto, perteneciente a la Arquidiócesis de Buenos Aires.

La necesidad de una sede propia y más espaciosa quedó plasmada en las actas de la orden. Una consulta de Provincia del 4 de marzo de 1928 reflejaba la voluntad explícita de actuar: “Es asimismo voluntad manifiesta de nuestro Padre General que hagamos algo práctico, para tener Colegio Máximo, saliendo de tantas infructuosas deliberaciones. El camino parece que ha de ser: elegir una finca, arreglar planos del edificio, comenzar a construirlo, establecer allí nuestras clases y habitación para Profesores y Escolares”.

Atendiendo a esta necesidad, los jesuitas adquirieron campos en la localidad de San Miguel, en la provincia de Buenos Aires. Este fue el lugar elegido para levantar el nuevo Colegio Máximo. La construcción avanzó, y finalmente, en 1931, se inauguró oficialmente el Colegio Máximo de San José. Esta nueva casa de formación se convirtió rápidamente en un centro de alcance regional, recibiendo estudiantes religiosos no solo de Argentina, sino también de Chile, Uruguay y Paraguay. Albergaba las cruciales facultades de Filosofía y de Teología, pilares de la formación jesuita.

El prestigio académico y la calidad de la formación impartida en San Miguel le valieron un rápido reconocimiento a nivel regional e internacional. La institución se consolidó como un referente en el pensamiento teológico y filosófico en América Latina.

Un cambio importante ocurrió en 1967, cuando las facultades de Filosofía y de Teología del Colegio Máximo de San Miguel se integraron a la Universidad del Salvador. Esta integración significó que, además del título eclesiástico que ya otorgaban, los estudios pasaron a tener también un alcance civil y nacional. Esto amplió significativamente el reconocimiento y la validez de los títulos obtenidos allí.

El Colegio Máximo de San José funcionó en San Miguel hasta el año 2017. En ese momento, la institución, junto a sus dos facultades eclesiásticas y su valiosa Biblioteca histórica, regresó a la provincia de Córdoba, cerrando un ciclo de casi noventa años en tierras bonaerenses.

Las instalaciones que dejó el Colegio Máximo en San Miguel, ubicadas en la avenida Ricardo Balbín al 3200, no quedaron inactivas. En la actualidad, sirven de sede para el Centro Loyola. Este centro es un espacio dedicado a la formación, ofreciendo diversas carreras terciarias, y también funciona como un lugar para la realización de actividades espirituales y culturales que son valoradas y disfrutadas por la comunidad de San Miguel y sus alrededores. Las instalaciones son amplias, contando con más de 100 habitaciones, tanto simples como dobles, algunas con baño en suite y otras con baños compartidos. Durante la pandemia de Coronavirus, la magnitud y la infraestructura del antiguo colegio permitieron que fuera utilizado temporalmente como hospital, demostrando la versatilidad de sus edificaciones.

Joyas del Máximo: La Biblioteca y los Archivos Destacados

Sin lugar a dudas, uno de los tesoros más preciados del Colegio Máximo, durante su permanencia en San Miguel, fue su Biblioteca. Hoy trasladada íntegramente a Córdoba, esta biblioteca posee un valor patrimonial inmenso. Su archivo histórico y su célebre colección de revistas especializadas en Filosofía, Teología y otras ciencias sociales, provenientes de todo el mundo, la convierten en un acervo de conocimiento invaluable. Fue en sus instalaciones donde se imprimió la revista Stromata, una publicación de la comunidad jesuítica reconocida internacionalmente y reflejo de la inmensa riqueza intelectual que circulaba por el colegio, tanto de jesuitas como de otros filósofos y pensadores argentinos y latinoamericanos que colaboraron en sus páginas.

Con una colección que supera los 300 mil ejemplares, incluyendo libros y revistas, tanto antiguos como contemporáneos, la Biblioteca del Colegio Máximo es considerada una de las más importantes de toda Latinoamérica, comparable en relevancia con la de Petrópolis, en Río de Janeiro, Brasil. Es importante destacar que una parte de su colección más antigua, con ejemplares anteriores al siglo XVIII, permanece resguardada en el Fondo Antiguo de la Compañía de Jesús en Buenos Aires.

La Biblioteca no solo estaba abierta a los estudiantes internos, sino también a cualquier persona interesada en consultar y disfrutar de su vasta colección. A partir del año 2018, se inició un proyecto de catalogación de sus fondos, y en la actualidad, parte de su catálogo puede ser consultado en línea a través del Sistema de Bibliotecas de la Universidad Católica de Córdoba, facilitando el acceso a su riqueza documental.

Entre las colecciones más respetadas y consultadas de la biblioteca se encuentra el archivo dedicado a Jorge Mario Bergoglio, hoy Papa Francisco. Este archivo contiene una gran variedad de notas, libros y objetos que documentan su extensa labor docente durante los años que estuvo vinculado al colegio. Es un testimonio fundamental de su pensamiento y metodología de enseñanza en aquella época.

Otro archivo de enorme reputación es el del jesuita y uno de los fundadores de la Teología y Filosofía de la Liberación, Juan Carlos Scannone (1931-2019). Su colección personal, compuesta por libros de su autoría, revistas en las que publicó, críticas a su obra, notas, manuscritos y correspondencia, constituye un acervo clave para estudiar el desarrollo del pensamiento latinoamericano. Scannone fue profesor en las facultades de Filosofía y Teología en el Colegio Máximo de San Miguel y su trayectoria intelectual le valió el reconocimiento internacional, entablando diálogo con pensadores europeos de la talla de Derrida, Jean Luc Marion y Emanuel Levinas.

Scannone fue una figura central en la organización de las Jornadas de Filosofía Latinoamericana, que tuvieron su inicio en el Máximo en 1972. Junto a otros pensadores de gran mérito intelectual, como el fallecido Enrique Dussel, estas jornadas fueron un preámbulo fundamental para el surgimiento de la Filosofía de la Liberación, un movimiento intelectual que alcanzó repercusión internacional. Incansable en su labor, Scannone fue autor y editor de numerosos libros y artículos, dejando un legado intelectual prolífico.

El Observatorio de Física Cósmica

Además de su impresionante Biblioteca, los terrenos linderos al Colegio Máximo en San Miguel albergaban otra institución de gran relevancia científica: el Observatorio de Física Cósmica. Fundado por los jesuitas en diciembre de 1935, este observatorio se dedicó al estudio y la medición de la irradiancia y la radiación solar. En el campo específico de la física solar, fue considerado el segundo más importante de América.

El observatorio contaba con numerosas cúpulas diseñadas para albergar telescopios y una notable estación meteorológica de superficie, elementos esenciales para sus investigaciones. Inicialmente, su administración estuvo a cargo del propio Colegio Máximo. Sin embargo, en 1979, pasó a depender del Servicio Meteorológico Nacional, continuando con sus labores científicas.

El Observatorio de Física Cósmica funcionó activamente hasta el año 2016. Tras varios años de abandono, la comunidad local, con el impulso del personal municipal y los integrantes de 'Bella Vista al Cosmos' (una comunidad local de especialistas en enseñanza y divulgación astronómica), logró que en 2018 comenzara un proceso de restauración y puesta en valor. Gracias a este esfuerzo, el observatorio vuelve a ser un punto de referencia, impulsando actividades como la observación de eclipses y otras iniciativas que generan un enorme atractivo y fomentan el interés por las ciencias astronómicas en toda la comunidad.

El Vínculo con el Papa Francisco

La figura de Jorge Mario Bergoglio, hoy conocido mundialmente como el Papa Francisco, está indisolublemente ligada a la historia del Colegio Máximo. Fue en esta institución donde realizó sus estudios de Filosofía y Teología, etapas cruciales en su formación sacerdotal dentro de la Compañía de Jesús. También fue en el Máximo donde ejerció su primera tarea pastoral, tomando contacto directo con la realidad de la comunidad local.

La relación de Bergoglio con el colegio se intensificó con el paso del tiempo. Entre los años 1973 y 1979, ocupó un puesto de gran responsabilidad al ser el superior provincial de los jesuitas en Argentina. Posteriormente, entre 1980 y 1986, fue nombrado rector del propio Colegio Máximo, asumiendo también la rectoría de las Facultades de Filosofía y Teología. Durante estos años, dejó una huella imborrable tanto en la gestión institucional como en la vida académica y espiritual de la comunidad.

Incluso después de trasladarse a vivir a Capital Federal, residiendo en el Colegio del Salvador, Jorge Mario Bergoglio mantuvo un fuerte vínculo con el Máximo. Conservaba su habitación en el primer piso y viajaba en tren cada domingo para dictar su cátedra de Teología Pastoral cada lunes. El recuerdo de su dedicación docente, su compromiso con la formación y su reconocida cordialidad perduran en la memoria de sus colegas, amigos y alumnos, y se reflejan en las numerosas anécdotas que se comparten con orgullo sobre su paso por la institución.

La relevancia del Colegio Máximo en la vida de Bergoglio quedó inmortalizada en la pantalla grande. La película “Los dos Papas”, estrenada en 2019 y dirigida por Fernando Meirelles, utilizó las instalaciones del colegio como escenario para recrear momentos clave de la vida del futuro Papa durante aquellos años en San Miguel. Sin lugar a dudas, el Colegio Máximo constituye un lugar de enorme testimonio humano e intelectual, parte fundamental de la historia de la provincia de Buenos Aires.

Tabla Comparativa: Sedes Clave del Colegio Máximo

Preguntas Frecuentes sobre el Colegio Máximo

¿Cuándo se fundó el Colegio Máximo?

El primer Collegium Maximum fue fundado por los jesuitas en 1610 en la provincia de Córdoba. Posteriormente, se inauguró el Colegio Máximo de San José en San Miguel, provincia de Buenos Aires, en 1931.

¿Dónde estuvo ubicado el Colegio Máximo de San José?

El Colegio Máximo de San José estuvo ubicado en la localidad de San Miguel, en la provincia de Buenos Aires, desde su inauguración en 1931 hasta su traslado de regreso a Córdoba en 2017. Su dirección era en la avenida Ricardo Balbín al 3200.

¿Quiénes fueron figuras destacadas asociadas al Colegio Máximo?

Entre las figuras más destacadas asociadas al Colegio Máximo se encuentran Jorge Mario Bergoglio (Papa Francisco), quien estudió, enseñó y fue rector en la institución, y Juan Carlos Scannone, reconocido teólogo y filósofo jesuita, profesor y fundador de la Filosofía de la Liberación, cuyo archivo personal se conserva en la biblioteca.

¿Qué pasó con el edificio del Colegio Máximo en San Miguel?

Tras el traslado del Colegio Máximo a Córdoba en 2017, las instalaciones en San Miguel pasaron a ser utilizadas por el Centro Loyola. Este centro ofrece formación en carreras terciarias y es un espacio para actividades espirituales y culturales. Durante la pandemia, el edificio funcionó temporalmente como hospital.

¿Qué importancia tuvo su biblioteca?

La Biblioteca del Colegio Máximo, hoy trasladada a Córdoba, es una de las más importantes de Latinoamérica. Posee un inmenso valor patrimonial con su archivo histórico, una vasta colección de revistas especializadas de todo el mundo y archivos personales de figuras como el Papa Francisco y Juan Carlos Scannone. Fue sede de la impresión de la revista Stromata.

La historia del Colegio Máximo es la historia de una institución resiliente, adaptándose a los tiempos y las circunstancias, pero manteniendo siempre su vocación de ser un centro de formación de excelencia y un faro de pensamiento en América Latina. Su legado, marcado por figuras ilustres, acervos de conocimiento únicos y una profunda conexión con la historia de la región, perdura más allá de sus muros.

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