Alarmante Cierre de Colegios en Colombia

En los últimos seis años, un dato resuena con fuerza en el panorama educativo colombiano: 6.263 colegios han cesado sus actividades. Esta cifra, impactante por sí sola, revela una tendencia preocupante que afecta tanto al sector público como al privado, manifestando una serie de desafíos sociodemográficos y económicos que merecen una profunda reflexión.

Según el Informe Estadístico 106 del Laboratorio de Economía de la Educación (LEE) de la Pontificia Universidad Javeriana, basándose en datos oficiales del Ministerio de Educación Nacional, del total de cierres, el 60.9% corresponde a instituciones públicas y el 29.1% a privadas. Estas clausuras representan aproximadamente el 12% del total de sedes educativas a nivel nacional, una proporción que enciende las alarmas sobre la salud del sistema educativo.

El pico más alto de cierres se registró en 2021, con 1.789 colegios, un fenómeno que podría estar ligado a los efectos inmediatos de la pandemia de Covid-19. No obstante, desde 2019 ya se observaba una disminución en el número de colegios disponibles, aunque la tendencia general ha mostrado un descenso en los cierres desde 2022. A la par de la reducción de sedes, la matrícula total también ha disminuido: de 11.1 millones de estudiantes en 2010, se pasó a 10 millones en 2020 y a 9.8 millones en 2023.

Para los expertos, esta situación es motivo de gran preocupación. Fabiola Cabra, profesora de la Facultad de Educación de la Universidad Javeriana, subraya la gravedad de que un joven abandone el sistema educativo prematuramente. “Tenemos que entender que el hecho de que un joven salga del sistema educativo en tempranas edades es una tragedia que tiene implicaciones en su proyecto de vida. Al no estar estudiando, se cierran oportunidades de crecimiento personal y de futuros laborales dignos que al final repercuten en la sociedad”, explica.

Las Múltiples Causas Detrás del Fenómeno

El informe del LEE identifica una variedad de factores que contribuyen al cierre de instituciones educativas. No se trata de una causa única, sino de una confluencia de situaciones que debilitan la sostenibilidad de los colegios, tanto oficiales como privados.

Transición Demográfica: Menos Nacimientos, Más Longevos

Una de las causas principales es el notable descenso en la tasa de natalidad. Si bien esta tendencia se observa a nivel global, la pandemia la exacerbó y la situación se ha mantenido. En Colombia, los datos del DANE son contundentes: de 676 mil nacimientos en 2012, la cifra bajó a 620 mil en 2019 y alcanzó un mínimo histórico en 2023 con 510.748 nacidos vivos. Esto representa una caída del 11% respecto a 2022 y un drástico 24.5% menos que en 2012.

Paralelamente, la esperanza de vida ha aumentado. En 1980 era de 66.9 años, mientras que en 2022 se ubicó en 73.7 años, superando el promedio mundial. Esta combinación de menos nacimientos y mayor longevidad genera un cambio estructural en la composición demográfica del país: la población infantil y juvenil se reduce, mientras que la de adultos y mayores crece. Menos niños significa, inevitablemente, una menor demanda de cupos escolares.

Migración y Nuevas Modalidades Educativas

A la transición demográfica se suman otros factores. La migración interna, con familias desplazándose de zonas rurales a urbanas, y la migración externa, con colombianos buscando oportunidades en otros países, también impactan la distribución y la demanda de estudiantes. Además, la aparición y consolidación de nuevas modalidades educativas, como la educación virtual y flexible, ofrecen alternativas que pueden desviar estudiantes de las instituciones tradicionales, incluyendo a los colegios privados que no logran adaptarse o competir.

Problemas Económicos y Financieros

La viabilidad económica es otro pilar fundamental. Los problemas financieros son una causa común para el cierre de establecimientos educativos. La dificultad para cubrir los costos operativos es un desafío significativo. Estos costos incluyen elementos esenciales como el pago de salarios a los docentes, el mantenimiento de las instalaciones físicas, la adquisición de recursos educativos actualizados y el cumplimiento de normativas. Tanto los institutos oficiales como los no oficiales enfrentan esta presión, pero en el caso de los privados, la incapacidad de generar ingresos suficientes por matrícula frente a la caída de la demanda o el aumento de costos puede llevar directamente a la inviabilidad.

Decisiones Gubernamentales (Sector Público)

Aunque el enfoque es en los privados, es relevante mencionar que en el sector público, el cierre de colegios a menudo está ligado a decisiones de racionalización de recursos por parte del Estado. Si una institución pública no cuenta con un número suficiente de estudiantes, el gobierno puede optar por liquidarla y reubicar a los alumnos en centros cercanos para optimizar el uso de fondos públicos.

La Profunda Crisis de la Educación Rural

Si bien los desafíos existen en las áreas urbanas, la situación se agrava considerablemente en las zonas rurales del país. La profesora Fabiola Cabra enfatiza que la escuela rural es particularmente vulnerable. “Quizás la escuela rural es una de las principales víctimas de las distintas violencias y desigualdades heredadas que tenemos en el país”, afirma.

En estos territorios, las escuelas y sus comunidades enfrentan un cúmulo de adversidades. El conflicto armado sigue siendo una amenaza latente, con el miedo al reclutamiento forzado de menores impactando directamente la asistencia escolar. Los riesgos ambientales, la falta de interés y apoyo de las autoridades locales, la escasez de recursos para mantener un cuerpo docente calificado, una infraestructura adecuada y material pedagógico pertinente, son problemas crónicos. A esto se suman la corrupción, la baja cobertura de servicios básicos y la inequidad de género, que limitan el acceso y la calidad de la educación.

Las cifras de informes previos del LEE son reveladoras sobre la precariedad: casi el 80% de las sedes educativas rurales no tienen internet, el 59.7% carece de aulas de informática y el 18.1% no cuenta con servicio de energía. Esta falta de infraestructura básica es un obstáculo gigantesco para ofrecer una educación de calidad en el siglo XXI.

Otro problema persistente es el déficit de profesores en zonas remotas o afectadas por el conflicto. La dificultad para atraer y, sobre todo, retener talento docente en estas regiones impacta directamente la operación escolar. La inseguridad que lleva a la ausencia frecuente de estudiantes agrava esta situación, haciendo insostenible el funcionamiento de muchas instituciones rurales, lo que culmina en su cierre.

Un Modelo Educativo Desactualizado y Excluyente

Según la experta, el sistema educativo actual, especialmente en lo que respecta a la ruralidad, es obsoleto y excluyente. Está diseñado principalmente desde y para lo urbano, anclado en la evaluación estandarizada y desconociendo las particularidades de las diversas regiones rurales de Colombia.

“La mayoría de la gente no tiene idea de las dinámicas de la educación rural ni de los aportes de las diversas ruralidades a la construcción del país”, señala Cabra. Las políticas nacionales y departamentales tienden a ser homogeneizadoras, centradas más en la reducción del gasto público que en cerrar las brechas existentes.

Se cuestiona la limitada capacidad del sistema para pensar en la formación docente con una perspectiva prospectiva que atienda de manera pertinente y contextualizada la diversidad territorial. Esto resulta en una oferta educativa que no se alinea con las necesidades, prácticas socioeconómicas y culturales de las comunidades locales, lo que lleva a una pérdida de interés por parte de los estudiantes.

Aunque hay intentos incipientes de incorporar la diversidad territorial en la formación docente, como programas que acogen la educación indígena, campesina, rural, intercultural y bilingüe, o enfoques de migración y género, estos esfuerzos aún son limitados.

Además, la escuela parece haber perdido un papel clave en la promoción de vocaciones. La estructura curricular, a menudo cargada de información inconexa, puede hacer que los estudiantes pierdan el interés. Se propone un currículum más abierto, que responda a las necesidades locales y ofrezca un ciclo de educación media diversificada y atractiva, especialmente para los jóvenes rurales.

Los estudiantes muestran interés en áreas como tecnología, comunicación digital, liderazgo ambiental, ciencia, turismo ecológico, y carreras técnicas y tecnológicas relacionadas con el campo, pero también con artes y oficios. La educación debe adaptarse para ofrecer estas oportunidades y fomentar el arraigo al territorio.

La experta concluye que todo el modelo educativo debe ser evaluado constantemente para asegurar que los programas ofrecidos sean pertinentes, inclusivos, equitativos y diversos, promoviendo el sentido de pertenencia. La escuela tiene el potencial único de ofrecer oportunidades de socialización, contacto con disciplinas fundamentales (ciencia, arte, filosofía, lenguaje, matemáticas, literatura, educación física) que pueden generar vocaciones y comprensiones significativas del mundo en los proyectos de vida de los jóvenes. Esto requiere, sin duda, mucha más atención, crítica y presupuesto.

Preguntas Frecuentes sobre el Cierre de Colegios

¿Es el cierre de colegios un problema exclusivo de los privados?
No. Aunque el 29.1% de los cierres en los últimos seis años corresponden a instituciones privadas, el 60.9% son públicas. El fenómeno afecta a ambos sectores, aunque las razones específicas pueden variar.

¿Cuál es la principal razón del cierre de colegios privados?
Las razones son múltiples e interconectadas. La disminución en la demanda de cupos debido a la baja natalidad y la migración es fundamental. A esto se suman los problemas financieros para cubrir costos operativos y, en algunos casos, la incapacidad de adaptarse a nuevas modalidades educativas o contextos sociales.

¿Cómo afecta la baja natalidad al sistema educativo?
Menos nacimientos significan menos niños en edad escolar en los años futuros. Esto reduce directamente la demanda de cupos en colegios, lo que puede llevar a la insostenibilidad financiera de las instituciones, especialmente aquellas con menor número de estudiantes.

¿Por qué la situación es peor en las zonas rurales?
Los colegios rurales enfrentan desafíos adicionales y más agudos, como el impacto directo del conflicto armado, la falta crónica de infraestructura básica (internet, energía), el déficit de docentes, la inseguridad que afecta la asistencia y la limitada atención y recursos por parte de las autoridades locales.

¿Qué se propone para revertir esta tendencia, especialmente en áreas rurales?
Expertos sugieren la necesidad de un modelo educativo más pertinente y contextualizado a las realidades locales, especialmente en zonas rurales. Esto incluye revisar el currículum para que sea más atractivo y responda a las necesidades y vocaciones de los jóvenes, mejorar la formación docente para atender la diversidad territorial y aumentar la inversión en infraestructura y recursos en estas áreas.

Comparativa de Factores Contribuyentes al Cierre

El cierre de colegios en Colombia es un fenómeno complejo impulsado por una interacción de cambios demográficos profundos, desafíos económicos, dinámicas sociales y, en particular, la crítica situación de la educación en las zonas rurales. Atender esta problemática requiere un enfoque integral que vaya más allá de las cifras y considere las realidades específicas de cada territorio, con políticas públicas que prioricen la inversión, la pertinencia y la equidad educativa para garantizar el futuro de miles de niños y jóvenes colombianos.

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